jueves, 12 de noviembre de 2009

Bolivia, entre los países menos transparentes

Son alarmantes pero no sorprendentes los resultados del estudio. No podía esperarse otro resultado de un modelo de gestión gubernamental que no admite fiscalización alguna

Bolivia, una vez más, ha sido noticia durante las últimas horas por figurar en un lugar muy poco decoroso en otro de los muchos estudios que periódicamente se realizan para evaluar diferentes aspectos relativos a la situación de los países de nuestra región.

En este caso, se trata del Índice Latinoamericano de Transparencia Presupuestaria de 2009 que analiza a doce países de la región. Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela fueron los países sometidos a la evaluación.

El estudio, que realiza cada dos años, es coordinado por el Centro de Análisis e Investigación mexicano, Fundar y elaborado por 17 organizaciones civiles y 12 académicos de la región. El objetivo es evaluar el grado de cumplimiento de las normas que rigen los presupuestos gubernamentales, y la disponibilidad y garantías de acceso a la información sobre los ingresos y gastos del sector público, entre otras cosas.

Según los datos del estudio, nuestro país, que fue calificado con 42 puntos sobre 100, es con Venezuela (23) y Ecuador (43) uno de los tres con peor desempeño a la hora de facilitar información sobre cómo se desarrolla el proceso presupuestario en la gestión pública.

Que Venezuela sea la máxima expresión de la opacidad en el manejo de las cuentas fiscales no es algo que deba sorprender. Como es bien sabido, una de las principales características del régimen chavista consiste precisamente en la absoluta y total discrecionalidad con que los jerarcas del régimen administran los ingentes recursos que les provee la exportación de petróleo. Se trata de un país en el que prácticamente todo el presupuesto estatal se administra como si de “gastos reservados” se tratara, por lo que es natural que figure en el último lugar del “Índice de Transparencia Latinoamericano”. Claro que no hay modo de comparar con Cuba, donde la situación es sin duda aún peor.

No es tampoco casual que Bolivia y Ecuador, los otros dos países estudiados en los que campea el populismo y avanza a grandes pasos el proceso de destrucción de las instituciones fiscalizadoras, sigan tan de cerca de Venezuela. Ese, que es uno de los rasgos característicos0 principales del “proceso de cambio”, no podía dar otros resultados.

Según indica el informe que comentamos, el factor que más negativamente incidió en la evaluación de Bolivia fue el conjunto de irregularidades en el proceso de contratación de servicios en YPFB. Además de ello, las tres variables en las que la calificación fue más negativa fueron “Participación ciudadana en el presupuesto”, “Evaluación del control interno” y “Oportunidad en la información”

Llama la atención que en el informe no haya ninguna mención a uno de los aspectos más cuestionables de la actual gestión gubernamental, que es la relativa a la manera como se administran enormes sumas provenientes de la “cooperación venezolana”, cuyo monto ni siquiera se conoce con precisión pero se sabe que asciende a varios millones de dólares. Esos montos ni siquiera figuran en el Presupuesto General de la Nación”, y son manejados sin el más mínimo control. Se trata de verdaderos “gastos reservados” que han sido objeto de múltiples denuncias de corrupción.

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