lunes, 31 de agosto de 2009

Horas cruciales para la política


De las decisiones que puedan tomarse en las siguientes horas, de la madurez y responsabilidad que demuestren quienes aspiran a conducir el Estado en los siguientes años, dependerá en gran medida la suerte que le toque correr a Bolivia en al menos la próxima década

Empieza una semana crucial para la configuración del mapa político que marcará la nueva carrera electoral que empieza a vivir el país por la silla presidencial. En efecto, las distintas agrupaciones y partidos políticos embarcados en el propósito de concurrir a los comicios generales de diciembre de este año, tienen como plazo legal hasta el próximo 7 de septiembre, es decir una semana más, para inscribir sus respectivas candidaturas.

Así, con el tiempo a contrarreloj y una implacable cuenta regresiva, los numerosos candidatos opositores continuaban desplegando intensas negociaciones, todas ellas frustradas y sin visos de resultar en el surgimiento de un proyecto de dimensiones nacionales, capaz de articular una propuesta sólida que le haga frente a la hasta hoy imparable maquinaria política del gobernante Movimiento al Socialismo.

Lo único confirmado hasta anoche eran las candidaturas del actual presidente de la República, Evo Morales; del empresario Samuel Doria Medina; del ex prefecto y alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa; del ex vicepresidente de la República Víctor Hugo Cárdenas; del alcalde potosino, René Joaquino; del ex líder cívico cruceño Germán Antelo; y del ex presidente de la República Jorge Quiroga Ramírez. Está por verse, aún, qué decisión tomarán el dirigente campesino Alejo Veliz y el ex parlamentario movimientista Hugo San Martín, que también se han presentado como probables presidenciables, además de la probabilidad del ingreso a la arena política nacional del ex prefecto paceño, José Luis Paredes, aunque se conocen que ya han dado un paso al costado en sus aspiraciones presidenciales.

Es muy probable que, en el curso de la presente semana, varios de los "presidenciables" arriba citados tengan que renunciar a sus pretensiones o fusionarse a otras opciones políticas, porque no tienen ni recursos ni estructuras así sean mínimas que les permitan sustentar una candidatura de carácter nacional.

Y es posible, también, que algunas candidaturas agoten todos los esfuerzos en aras de confirmar un bloque amplio de oposición capaz de garantizar unos niveles de votación lo suficientemente expectables como para hacer frente a la amplísima ventaja con que, según todas las encuestas hechas públicas, ha comenzado la carrera electoral el partido del presidente Evo Morales.
De hecho, el que parece ser el último de los esfuerzos para crear ese frente opositor tiene lugar en estos momentos. Es así que, hasta las primeras horas de la madrugada de este lunes, y sin resultados hasta ahora conocidos, se haya venido desarrollando una prolongada negociación bajo los auspicios de las regiones que conforman el denominado Consejo Nacional Democrático (CONALDE), en procura de unir en una sola dupla las candidaturas del ex vicepresidente Víctor Hugo Cárdenas y del líder cívico cruceño Germán Antelo.

Lo cierto es que el mundo político nacional vive horas cruciales, si no decisivas. De las decisiones que puedan tomarse en las siguientes horas, de la madurez y responsabilidad que demuestren quienes aspiran a conducir el Estado en los siguientes años, dependerá en gran medida la suerte que le toque correr a Bolivia en al menos la próxima década.

domingo, 30 de agosto de 2009

Bolivia en el escenario continental

La experiencia debe servir al gobierno boliviano para reconsiderar los criterios que guían su elección aliados estratégicos, amigos y enemigos

Muy grande debe haber sido la decepción de Evo Morales ante el desenlace de la cumbre presidencial de Unasur que tuvo lugar el viernes pasado en la ciudad argentina de Bariloche. Es que sus principales aliados en la región, Hugo Chávez de Venezuela, y Rafael Correa de Ecuador, lo dejaron en una muy poco decorosa “posición adelantada” al deponer sus beligerantes y radicales exigencias y ceder, sin mayor resistencia, un nuevo triunfo diplomático al mandatario colombiano, Álvaro Uribe.
En vano el presidente boliviano amenazó con no firmar la declaración final si no se incluía explícitamente un rechazo a la presencia de militares estadounidenses en bases colombianas, extremo al que ni Chávez se animó a llegar, y en vano tuvo la audacia de proponer un “referéndum continental” sobre el tema. Quedó solitario en su afán de mostrarse más radical que Chávez, y finalmente tuvo que firmar, aunque de mala gana, una resolución que por su tibieza debe haber dejado muy satisfecho al presidente colombiano.
Muy incómoda también fue la situación en la que puso a Morales el presidente peruano Alan García al desafiarlo a incluir en la agenda de temas pendientes de Unasur el tema marítimo. Nada fácil eludir el reto, pues pone en evidencia el radical giro dado por la diplomacia boliviana al aceptar el consabido planteamiento chileno de tratar tan engorroso asunto sólo de manera bilateral. Es pues poco satisfactorio el balance que para la política exterior del gobierno de Morales ha dejado la cumbre de Bariloche.
Diametralmente opuesto es el resultado obtenido por el presidente colombiano, pues logró salir airoso del difícil desafío que le fue planteado. El sólo hecho de haber logrado impedir que en la declaración final se condene su tratado militar con EE.UU. es ya un éxito.
Tan importante como lo anterior, aunque menos notorio, es que Uribe haya logrado dirigir la atención hacia a los sospechosos tratos que algunos gobiernos de la región, sobre todo Venezuela y Bolivia, mantienen con países “extracontinentales”, lo que bien puede interpretarse como una alusión a Irán. Que tales acercamientos sean puestos bajo la lupa de Unasur es sin duda lo que menos quisiera Hugo Chávez, lo que en gran medida explica la diferencia entre la beligerancia de sus arengas cuando se dirige a sus seguidores, y la mansedumbre con que actúa cuando debe enfrentarse a alguien más que a sus corifeos.
La experiencia de Bariloche debe servir pues al gobierno boliviano, antes de que sea demasiado tarde, para sopesar con más frialdad los criterios que guían su elección de aliados estratégicos, amigos circunstanciales y enemigos. De otro modo, corre el enorme riesgo de quedar ridículamente abandonado en medio de unas disputas que por su magnitud y seriedad corresponden a protagonistas de mayor envergadura.

sábado, 29 de agosto de 2009

Evo Morales y la “Madre Tierra”

Sólo con muy mala fe se pueden soslayar los estragos que el circuito coca – cocaína causa en la salud de la “Madre Tierra”

Mucho entusiasmo y alegría entre sus seguidores, como sorpresa, confusión y disconformidad entre sus detractores, ha causado la decisión del presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el nicaragüense Miguel D’Escoto, de otorgar al presidente Evo Morales una medalla y un pergamino, mediante los cuales será declarado como defensor mundial de la “Madre Tierra”.

Esa distinción, según D’Escoto, se justifica por “la firme postura del jefe de Estado boliviano en defensa del medio ambiente y la “Madre Tierra” (Pachamama), con propuestas concretas que ha presentado en varios foros internacionales”.

No hace falta mucha erudición para poner en evidencia cuán falaz es esa apreciación. Es que pocas actividades son más incompatibles con la preservación de la salud de la “Madre Tierra” que las que realizan los productores de coca, cuyo máximo dirigente es precisamente Evo Morales.

Ese sólo hecho tendría que ser suficiente para descalificar el rol que se le pretende atribuir al principal líder de los cocaleros, pues como lo confirma una infinidad de estudios sobre el tema, la producción de coca y su transformación en cocaína está haciendo estragos en la “Pachamama”.
Es bien sabido, por ejemplo, que los cultivos de coca son incompatibles con la preservación de los suelos del subtrópico cochabambino, lo que está dando lugar a una acelerada desforestación y aniquilamiento de la capa fértil de la tierra. La constante expansión de los cultivos está destruyendo reservas ecológicas, invadiendo todos los parques naturales. Y muchísimo peor es el paso siguiente, el que viene después de la cosecha de las hojas de coca, que consiste en su mezcla con letales sustancias químicas para elaborar la pasta base de cocaína.

Todo ese proceso, que ya no se desarrolla sólo en las zonas de cultivo, sino a lo largo y ancho del territorio nacional, valles y altiplano incluidos, está haciendo estragos en la tierra, el agua y especies animales. La cadena destructora de los ecosistemas que se inicia con los cultivos de coca es de tal magnitud que sólo con muy mala fe puede ser soslayada por quienes con tanta hipocresía hablan de la “Madre Tierra”.

Como si eso fuera poco, Morales ha desafiado franca y abiertamente a todas las organizaciones defensoras del medio ambiente en nuestro país al insistir en la exploración hidrocarburífera en el norte paceño, una región que por la fragilidad de su ecosistema es una de las que más protección requiere. Es probable que haya argumentos para respaldar tal pragmatismo, pero es seguro que la defensa de la “Pachamama” no es, ni mucho menos, uno de ellos.

Con esos antecedentes, tan cuestionable como la distinción que trae D’Escoto es el silencio de las muchas organizaciones que a pesar de que actúan en nombre de la defensa del medio ambiente en los hechos son cómplices de su destrucción.

viernes, 28 de agosto de 2009

Triunfo del MAS, suicidio de la oposición

Según lo anticipan las encuestas, el MAS avanza hacia el control del poder total mientras la oposición marcha hacia un suicidio colectivo

Como si los muchos aspirantes a candidato que se disputan la representación de la oposición para las próximas elecciones generales no tuvieran ya suficientes motivos para la preocupación, la empresa Encuestas & Estudios Gallup International ha difundido los resultados de una encuesta según los cuales el panorama es de lo más sombrío para todos quienes pretenden hacer frente a la fórmula oficialista.
Los datos que arroja la encuesta que comentamos merecen ser tomados muy en serio no sólo porque la empresa responsable del estudio es una de las más confiables, sino también porque a diferencia de las anteriores, ésta no se limitó a las principales ciudades capitales del país. Abarcó los nueve departamentos, 92 provincias y 131 municipios. Incluye pues al área rural, lo que le da mayor precisión y verosimilitud al sondeo ya que como es bien sabido, es en el campo donde el MAS tiene su bastión principal con un apoyo que en muchas provincias supera el 90%.
Las intenciones de voto expresadas por las personas encuestadas confirman las tendencias ya anticipadas por anteriores sondeos, pero dan un margen de triunfo mayor a Evo Morales, quien ganaría en los nueve departamentos con porcentajes que van desde el máximo, en La Paz, donde tiene 82% de apoyo, y el mínimo, en Santa Cruz, donde cuenta con sólo el 24.6% de los electores. A pesar de ello ganaría en ese departamento, como en Beni, Pando y Tarija, pues ninguno de sus potenciales rivales se aproxima siquiera a esa cifra debido la dispersión del voto opositor.
Para todos los candidatos de la oposición, en cambio, el panorama es desolador. Ninguno de ellos llega al 10%. El más favorecido, Samuel Doria Medina, apenas tiene 9.7% de las intenciones de voto y el resto se diluye en porcentajes insignificantes entre todos los demás. Para colmo, ninguno tiene respaldo homogéneo en todo el país. Todos concentran sus escasos apoyos en uno o dos departamentos, pero son poco menos que inexistentes en los demás.
Mucho más halagüeñas para el oficialismo y deprimentes para la oposición son las perspectivas si los porcentajes de votación anticipados por las encuestas son proyectados a la distribución de escaños en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Es que debido al sistema ahora vigente, el denominado D´Hondt, la representación tiende a concentrarse en quienes más votación tienen en desmedro de los menos favorecidos. Así, el 57.7 de votos a favor del MAS se transformaría en poco menos de 70% de asambleístas y el 30% restante se distribuiría entre todos los fragmentos de la oposición.
Se puede pues afirmar que, si se mantienen las tendencias actuales, el MAS se encamina a pasos firmes hacia el objetivo de hacerse del control total del poder. Todas las fracciones de la oposición, en cambio, se encaminan hacia un suicidio colectivo tras el que se vislumbra ya un futuro régimen de partido único.

jueves, 27 de agosto de 2009

Las dos vertientes del monopartidismo

El monopartidismo no es sólo resultado del espíritu totalitario del oficialismo. La ceguera de la oposición es otra causa del fenómeno.

Enorme revuelo en el escenario político nacional han causado las declaraciones de un dirigente de la Central Obrera Regional de El Alto, , según las que los “sectores sociales” afines al MAS de esa ciudad habrían decidido impedir que los partidos de la oposición hagan proselitismo o abran casas de campaña en “su” territorio.

Como era de esperar, los muy numerosos candidatos de la oposición son los que con más entusiasmo se rasgaron las vestiduras y elevaron al cielo sus quejidos lastimeros. No pudieron, sin embargo, dejar de dar la impresión de que en el fondo los complace ese tipo de amenazas pues todos ya están buscando pretextos para justificar el estrepitoso fracaso que, al paso que van, los espera en diciembre.

Desgraciadamente, el fondo del asunto, cuya gravedad es mucho mayor de lo que se podría suponer si se lo atribuye sólo a los exabruptos de un dirigente alteño, pasa desapercibido para los muchos candidatos opositores. Es que más allá del desparpajo con que algunos individuos vierten sus amenazas, en los hechos hace ya mucho tiempo que en gran parte del territorio nacional está vigente un régimen de partido único.

Se ha llegado a ese punto por dos caminos. Uno de ellos es la eficiencia con que el MAS, a través de todas las organizaciones sociales que controla, ha logrado monopolizar la actividad política. El segundo es la absoluta y total ausencia de una organización de oposición capaz de hacer frente a ese avasallamiento.

Está ya tan consolidada en gran parte de territorio nacional la red de “control social” mediante la que se recurre a todo tipo de métodos coercitivos para coartar la libertad de acción política de quienes no se someten a los “pactos de unidad”, que el MAS ya no requiere amenazar. Ya los hechos son más contundentes que cualquier amenaza.

En ese contexto, la incontinencia verbal de algunos dirigentes, más que a una declaración de intenciones del oficialismo, puede ser atribuida a las pugnas internas que se producen en las filas de los “movimientos sociales” en pos de las candidaturas a diputados y senadores en las listas del MAS. Son pues sólo la manifestación más externa de algo más profundo.

Mucho más grave que la franqueza con que algunos dirigentes dan cuenta de lo que es ya una realidad, es la incapacidad de la oposición para hacer frente a ese avasallamiento con algo más que estériles quejas. No hay ni una sola organización capaz de intentar siquiera hacerse presente con casas de campaña, líderes intermedios ni candidatos en los territorios controlados por el MAS, y eso no es sólo por culpa del espíritu totalitario de los militantes del oficialismo. Es también, y sobre todo, consecuencia de la ceguera de una oposición que dispersa y dilapida sus esmirriadas fuerzas en vergonzosas pugnas personales.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Inadimisibles negociaciones secretas (II)

Ya que aquí no hay quién se haga cargo del asunto, tal vez podamos enterarnos a través de Alan García de los enjuagues que se hacen en nuestro nombre

Hace ya casi un mes, el 1 de agosto recién pasado, en este espacio editorial, bajo el título “Inadmisibles negociaciones secretas”, nos referimos a la incomprensible manera cómo el gobierno de Evo Morales decidió acelerar la aprobación de un acuerdo sobre las aguas del Silala con Chile. Afirmábamos que el caso daba suficientes motivos para sospechar que tras la aparente ingenuidad gubernamental, algo se estaba ocultando.
“Resulta tan sorprendente la tozudez con que la Cancillería se empeña en firmar un acuerdo con Chile, que no es posible comprenderla si sólo se recurre a los elementos de juicio disponibles. Sólo cabe suponer que la única explicación posible se encuentra en los documentos secretos suscritos con el gobierno de Michelle Bachelet. Unos acuerdos que el Gobierno se niega a hacer públicos y los oculta incluso a los parlamentarios de la bancada oficialista”, afirmábamos.
Más adelante, sosteníamos: “Hay suficientes motivos para temer que lo que se esconde tras las negociaciones con Chile es algo mucho más serio que lo relativo a las aguas del Silala. Se puede afirmar, por consiguiente, que lo que se está ocultando al país es todo un conjunto de acuerdos que bajo el rótulo de “top secret” están siendo negociados entre las cancillerías de ambos países”.
“…Es un secreto que el régimen masista está dispuesto a mantener a toda costa, lo que de ningún modo puede ni debe ser admitido por lo mucho que está en juego”, insistíamos.
Y al cuestionar la indolencia con que la mayor parte de las organizaciones cívicas y políticas del país dejaban pasar el asunto, sugeríamos que alguien tome la iniciativa para “exigir que se levante el secreto y que cualquier negociación se realice de cara al país”. “Y ya que no se puede contar con una oposición política capaz de asumir la tarea, tendrán que ser las organizaciones de la sociedad civil (…) las que eviten que el Gobierno se salga con la suya”, afirmábamos.
Con esos antecedentes, no podemos dejar de lamentar que haya tenido que ser un factor externo, en este caso las declaraciones del presidente de Perú, Alan García, el que sacuda la conciencia colectiva con suficiente fuerza para que al asunto se le dé la atención que merece. Vergüenza debiera darnos a todos los bolivianos, pero sobre todo a los que gobiernan y a los que tan inmerecidamente se disputan el papel de líderes de la oposición, que asuntos tan importantes tengan que ser ventilados en el exterior antes que entre nosotros.
Es de esperar, por eso, que Alan García tenga suerte en sus afanes por develar los acuerdos que tienen a Evo Morales tan condescendiente con su colega Bachelet. Tal vez así podamos, los bolivianos, enterarnos de los enjuagues que se hacen en nuestro nombre.

martes, 25 de agosto de 2009

Lula y el bautismo de la "Policía Sindical"

La presencia de Lula da Silva fue aprovechada para elevar al rango de institución fundamental del Estado “Plurinacional” a la “Policía Sindical”

Abundantes y de lo más diversas han sido las repercusiones que en el escenario político nacional ha tenido la reciente visita del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Y como en muchos otros casos, los aspectos menos relevantes del asunto son los que más atención han merecido.
El franco y abierto respaldo de Lula al gobierno de Evo Morales, y no muy indirectamente a su candidatura de cara a las elecciones de diciembre, ha sido el aspecto más destacado en lo que a efectos políticos se refiere. Se trata de un espaldarazo que sin duda ha dejado pálidos de envidia y susto a los candidatos opositores.

En lo económico, las muchas dudas que ya existen sobre la transparencia con que se realizó el contrato para la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos opacaron lo que para muchos es una dádiva brasileña que se debe recibir de rodillas y sin chistar.

Sin embargo, la aparente generosidad brasileña fue suficiente para que pasen poco menos que desapercibidos los enormes montos que Petrobras debe a Bolivia por diversos conceptos. El gas que no compró, pero que pese a ello debió pagar por estar vigente la cláusula “take or pay”, por ejemplo, implica una deuda de más de 400 millones de dólares. Un monto apenas menor, calculado en más de 300 millones de dólares, es el que adeuda por los licuables que llegan a Brasil mezclados con el gas.

En suma, alrededor de 700 millones que Brasil debe a Bolivia fueron opacados por un muy sospechoso crédito que apenas llega a la mitad de esa cifra. Crédito que además de no ser nada blando, llega condicionado a múltiples arreglos entre empresarios brasileños y funcionarios bolivianos, lo que, como ya ha sido ampliamente denunciado, da lugar a muy graves sospechas de corrupción.

Sin embargo, y pese a lo importantes que son los aspectos señalados, hay uno que probablemente sea el que más honda huella deje en el futuro nacional. Se trata de la elevación a rango de institución fundamental del Estado “Plurinacional” de la “Policía Sindical”, la que al haber sido puesta en igualdad de condiciones que las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y la Guardia Federal de Brasil, recibió un bautismo que le da, ante la indiferencia general, una temible legitimidad.

Teniendo como testigo nada menos que al Presidente de Brasil, la “Policía Sindical” designó a su flamante “comandante”, quien al recibir tan alto cargo dijo que se trataba de un “momento histórico para las organizaciones sociales porque se consolidó el trabajo de las tareas de seguridad a las bases originarias en la organización de eventos locales, nacionales e internacionales”. Y no exageró en absoluto pues, en efecto, no todos los días, y no en cualquier país, se da carácter de oficial a una “Policía Sindical”.

Ahora, sólo cabe esperar que en otras regiones “autónomas” del país, en otras de las “republiquetas” que en los hechos ya existen, se sigan los mismos pasos.

lunes, 24 de agosto de 2009

Los cambios climáticos

Los cada vez más extremos fenómenos naturales están demostrando, sin embargo, que el interés económico es insubordinable al interés ecológico. De por medio está el futuro de las nuevas generaciones y la vida misma en el planeta.

Las temperaturas extremas y los desastres naturales que vive actualmente todo el hemisferio han causado sorpresa y preocupación. El cambio climático global ha hecho que, por ejemplo, regiones que se caracterizaron durante siglos por la cantidad acumulada de nieve registren hoy temperaturas primaverales; o que, los huracanes tengan una cada vez más inusual potencia e intensidad.

Desde el 2006, que fue considerado el año más caluroso en promedio desde que se tiene registro de las temperaturas mundiales, al menos desde el siglo XIX, la tendencia al progresivo incremento de las temperaturas no ha cambiado.

La misma naturaleza ha comenzado a sentir los efectos del fenómeno climático. Osos que no duermen durante el invierno, aves migratorias que no migran más y árboles que florecen en plena estación fría. La lista de desajustes es innumerable y el cambio climático un hecho evidente hasta para los escépticos, que durante años dudaron de la preocupación de científicos y ambientalistas.

Si bien para algunos habitantes nórdicos, las temperaturas suaves les ahorran la dureza del invierno, el fenómeno podría traer consecuencias impensables para los ciclos de la naturaleza que podrían desembocar, incluso a escala planetaria, en la extinción de cientos de especies animales y vegetales. Con ello, se podría ver afectada incluso la misma agricultura, actividad elemental para la sobrevivencia física de la humanidad.

Todas estas preocupaciones, que se originan a partir de un cambio evidente en el clima, apuntan a un responsable principal: la actividad humana, con procesos a escala mundial de transformación de recursos naturales y consumo de energías fósiles que emiten a la atmósfera gases como el dióxido de carbono, unos de los principales desencadenantes del efecto invernadero.

La degradación del sistema medioambiental se hace evidente y esto ha conducido a que algunos líderes mundiales comiencen a demandar un compromiso político para combatir al recalentamiento global. La reducción de emisión de gases de efecto invernadero, la compensación monetaria a países menos contaminantes, la preservación de bosques y la venta de bonos oxígeno, son algunos de los mecanismos propuestos para ralentizar la velocidad del fenómeno, que sólo será revertido cuando las emisiones de gases no sobrepasen a la capacidad de la tierra de absorber ese alto impacto.Sin embargo, hasta ahora las naciones con mayor responsabilidad en el fenómeno -solo Estados Unidos emite a la atmósfera el 25 por ciento del dióxido de carbono del mundo, a modo de ejemplo-- se resisten a firmar acuerdos internacionales para combatir el recalentamiento global, debido al temor que su crecimiento económico pueda resentirse.

Los cada vez más extremos fenómenos naturales están demostrando, sin embargo, que el interés económico es insubordinable al interés ecológico. De por medio está el futuro de las nuevas generaciones y la vida misma en el planeta.

domingo, 23 de agosto de 2009

La vocación suicida de la oposición

Como “patético” ha sido calificado por el Vicepresidente del país el espectáculo que dan los opositores, y no le falta razón

Una semana más ha transcurrido, y cuando ya sólo quedan dos para que se cumpla el plazo fijado por el cronograma electoral para que se inscriban las fórmulas que participarán en las próximas elecciones generales, el escenario político va tomando una forma que complace tanto al oficialismo como angustia a los sectores de la ciudanía que en vano esperan la aparición de una fórmula seria de oposición.
Varias candidaturas ya están en plena campaña. De ellas, la oficialista, cuyo binomio ya está plenamente definido y ahora concentrada en la selección de sus candidatos a diputados y senadores es, con mucho, la que más se ha adelantado en el camino que conduce a las urnas.
En el frente opositor, en cambio, no aparece algo que esté a la altura del rival. Tuto Quiroga y Samuel Doria Medina han decidido reincidir en su apuesta individualista, como en diciembre de 2005, y no dan ninguna muestra de haber aprendido algo de los fracasos de los que fueron protagonistas durante los últimos años. Por lo que hasta ahora han mostrado, se diría que no aspiran a encabezar un proyecto político alternativo al del MAS sino a algún viceministerio del nuevo “Estado Plurinacional”.
Algo similar puede decirse de Manfred Reyes Villa, quien a diferencia de Quiroga y Doria Medina ni sigla política que lo respalde tiene, y mucho menos una organización, pero sigue depositando todas sus esperanzas en que su experiencia a la cabeza del municipio de Cochabamba le sirva como suficiente credencial. Tampoco se presenta como postulante a encabezar un proyecto político serio. Por la forma y fondo de sus propuestas, más bien parece candidato a Alcalde de Bolivia.
El MNR, por su parte, el único partido que logró sobrevivir a la debacle del sistema político, no logra salir del estado vegetativo en el que lo sumieron los traumas del pasado y sus pugnas internas. Dejó pasar los años sin renovarse, sin cultivar nuevos liderazgos y tal como el 2005, se aferra a la esperanza de que un candidato prestado prolongue su agonía o que su participación sea admitida en un bloque amplio que lo tolere como aliado.
Finalmente, la quinta opción opositora, la que más expectativas despertó alrededor de la propuesta de articular un bloque amplio que aglutine a las corrientes de oposición regionales, a los líderes y movimientos ciudadanos que en los hechos fueron los que más batalla dieron durante los últimos años al proyecto hegemónico del MAS, tampoco acaba de cuajar. Son muchos los cabos sueltos con los que pretende tejer una red, pero no halla el hilo conductor, ni el líder, ni la sustancia ideológica y programática que haga de elemento aglutinador.
Como “patético” ha sido calificado por el Vicepresidente del país el espectáculo que dan los opositores, y no le falta razón. Quedan, sin embargo, dos semanas cruciales durante las que habrá que ver si el instinto de sobrevivencia se impone a la vocación suicida.

sábado, 22 de agosto de 2009

Latinoamérica en la encrucijada

La dimensión continental de los tres proyectos de futuro que están en disputa es un tema que no debe estar ausente de los debates electorales

Toda Latinoamérica, así como muchos de los países de la región, se está aproximando a grandes pasos a un punto del camino en el que se abren por lo menos tres opciones entre los que pronto habrá que elegir. Una encrucijada ante la que los tres caminos que se abren, por lo diferentes que son los destinos a los que conducen, obligarán a los gobernantes y a los pueblos a tomar trascendentales decisiones.

Cada uno de los tres caminos tiene sus respectivos abanderados. Colombia y Perú, ya están encaminados por uno de ellos. Brasil, Chile y Uruguay se encaminan por el del medio, y Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, remolcando a Cuba, optan por el tercero.
Los escenarios en que se miden las tres opciones son dos. El internacional, y el que corresponde a las pugnas políticas internas en cada uno de los países. La OEA y Unasur, por una parte, y los procesos electorales que se realizarán próximamente en varios países por la otra.

En el escenario continental, la crisis de Honduras y el acuerdo militar entre Colombia y Estados Unidos son los puntos que marcan la separación de los caminos. Ambos temas han dado cuenta de la magnitud de las discrepancias y de lo intensa que es la lucha por marcar el rumbo a seguir.

Las elecciones que pronto se realizarán en Chile, donde por primera vez en las últimas décadas se perfila una derrota de la Concertación, lo que dejaría abierto el camino para que Piñera alinee a su país en el primer bloque, con Colombia y Perú, adquiere por eso una importancia que trasciende con mucho la política interna de ese país. Lo mismo está en juego en Uruguay y, posteriormente, se pondrá en Brasil.

El socialismo democrático, que por ahora tiene a Brasil, Chile y Uruguay a sus principales bastiones, está pues ante un enorme desafío. Perder las elecciones en esos países dejaría el terreno libre para que la pugna quede sólo en manos de los otros dos polos.

El tercer bloque de países, el que encabezado por Venezuela, tiene también mucho en juego durante los próximos meses. Las elecciones bolivianas en diciembre y la intensificación de la ofensiva chavista para acelerar el avance hacia el “Socialismo del Siglo XXI”, son sus principales batallas.

Esa dimensión continental de los tres proyectos de futuro que están en disputa es uno de los temas que tendría que formar parte central de los próximos debates electorales en Bolivia como en todos los países que se aprestan a elegir a sus próximos mandatarios. Es inadmisible que quienes aspiran a gobernar los soslayen y opten por refugiarse en generalidades intrascendentes.
En el caso boliviano, la propuesta oficialista sobre tan crucial asunto está plenamente definida. ¿Y los demás? ¿Qué tienen que decir al respecto los candidatos de la oposición? Es de esperar que durante las próximas semanas incorporen esos temas a sus respectivas propuestas.

viernes, 21 de agosto de 2009

La máxima expresión del fracaso


Al paso que vamos, pronto habrá que “exigir” a Brasil que el gasoducto se transforme en poliducto para importar biocombustibles

Si hubiera que recurrir a una sola frase que de manera breve pero sustanciosa describa la magnitud del fracaso de la política hidrocarburífera del gobierno de Evo Morales, y los estropicios causados por la “nacionalización”, ninguna mejor que la empleada por el presidente de YPFB para anunciar cuál será la principal solicitud que se hará al presidente brasileño cuando visite nuestro país el próximo fin de semana. “Se pedirá la revisión del contrato de exportación de gas a Brasil para bajar los volúmenes comprometidos”.
“Ante confesión de partes, relevo de pruebas”, habrá que decir, pues el hecho de que después de más de treinta años durante los que la apertura, primero, y ampliación después, del mercado brasileño para el gas boliviano fue uno de los pocos objetivos compartidos por cuanto gobierno se sucedió en la administración de nuestro país, el régimen del MAS ha logrado lo que hasta hace poco parecía imposible. Ha logrado dar un enorme salto atrás y ahora ruega para que Brasil disminuya su demanda.
El asunto, de por sí alarmante, lo es mucho más si se considera el contexto en que se produce. Es que si hay alguien interesado en deshacerse de sus compromisos con Bolivia, es precisamente Brasil. Como lo dijo en marzo pasado el presidente Lula da Silva, “no quiere depender del humor de nadie para comprar gas”, en clara alusión a Evo Morales.
Fue precisamente para “no depender del humor de nadie”, que Petrobras decidió, después de la “nacionalización”, desviar los miles de millones de dólares que tenía previsto invertir en nuestro país hacia proyectos alternativos que liberen al Brasil de los compromisos contraídos.
Le dieron tan buenos resultados esas inversiones, que ahora el problema de Brasil consiste en la sobreoferta de gas y no sabe qué hacer con el que se comprometió a comprar a Bolivia. Por eso, nada le caería mejor que desligarse de su compromiso de “take or pay”, lo que significa que aunque no compre los volúmenes contratados, igual debe pagar por ellos. Que los burócratas de YPFB sean incapaces de hacer los cobros, es otra cosa.
Sería lógico, por ello, que sean los representantes de Brasil quienes tomen la iniciativa de renegociar el contrato. Pero no… para esto está el presidente de YPFB quien, además de que no se ruboriza al informar sobre la “demanda” boliviana, lo hace como si de una gran conquista para los intereses nacionales se tratara.
Al paso que vamos, nadie deberá sorprenderse si dentro de poco nos informan que el gobierno boliviano “exigirá” a Brasil que el gasoducto sea transformado en poliducto para importar biocombustibles brasileños y así paliar la escasez de energéticos en nuestro mercado interno. ¿Y con qué se llenará el vacío que va dejando la debacle del sector hidrocarburífero? Ya más de uno está pensando en el litio.

jueves, 20 de agosto de 2009

Cándidos candidatos

Las propuestas programáticas presentadas, por su simpleza, son un pésimo anticipo de lo que se puede esperar de algunos candidatos

Durante los últimos días, dando una señal que puede ser interpretada como una decisión de presentarse solos a las elecciones generales de diciembre próximo, varios aspirantes a candidatos han presentado algunas ideas sueltas como si de su plan de gobierno se tratara. Y lo han hecho con un tono de suficiencia que ha dejado más dudas de las que ya existían sobre su contacto con la realidad nacional.

¿De qué país están hablando? es la pregunta que espontáneamente surge cuando se los oye exponer con todo entusiasmo su plan de acción para hacer frente al proyecto político del MAS.
Hacer baterías de litio, producir alimentos orgánicos y hacer de las personas el principal recurso del país son los ejes centrales de las tres propuestas hasta ahora presentadas. Con razón alguien comparó tal manera de afrontar la campaña electoral con la ya clásica imagen de la orquesta que interpretaba suaves melodías mientras se hundía el Titanic. Se diría que para esos candidatos, de lo que se trata es de elegir entre una melodía y otra. Y lo que está en disputa es quién será el que dirija la orquesta.

Ninguno de los tres candidatos que han presentado las líneas centrales de sus respectivos programas de gobierno ha dicho ni una sola palabra sobre los problemas de fondo que han puesto a nuestro país en uno de los momentos más decisivos de su historia. Se diría, a juzgar por la simpleza de sus planteamientos, que su pérdida de contacto con la realidad es total.

Es sorprendente, por ejemplo, que todos coincidan en soslayar absoluta y totalmente todo lo referido a las profundas transformaciones que están produciendo en nuestro país. La nueva Constitución Política del Estado, por ejemplo, no parece merecer ni un simple comentario. Se diría que están muy conformes con ella y lo único que pueden proponer al respecto es llevarla a la práctica con más eficiencia que sus autores.

Es como si no se hubieran enterado de que lo que está en juego en Bolivia es algo más, muchísimo más, que el nombre de quien repartirá dádivas durante los próximos años. Se diría que no aspiran a ser los conductores de un proyecto alternativo de país sino buenos administradores del que está en proceso de ejecución; buenos viceministros de alguna repartición burocrática del nuevo Estado “Plurinacional”.

Tal manera de afrontar los enormes desafíos que plantea la nueva realidad económica, política y social de Bolivia sólo se puede comprender si se parte de la suposición de que nada importante ha ocurrido durante los últimos años. Como si la “revolución política y cultural” encabezada por el MAS fuera sólo un bache en el camino sobre el que se puede saltar con el impulso de una buena dosis de optimismo e ingenuidad.

Si esa es la manera como los candidatos de oposición se proponen hacer frente a los desafíos que tienen al frente, es poco lo que de ellos se puede esperar.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Las autonomías indígenas en la práctica

Las fuerzas disgregadoras de la unidad nacional han comenzado a dar sus primeros resultados y no se vislumbra nada que detenga el proceso

Una de las críticas que más certeramente se hizo al texto constitucional elaborado por los asesores del MAS es que muy por encima de las elucubraciones teóricas de quienes dieron rienda suelta a sus fantasías indigenistas durante su redacción, existe una realidad que no se puede manipular con tanta facilidad como los conceptos teóricos.
Una muestra de lo que eso significa se pudo ver el pasado jueves cuando sindicatos campesinos y ayllus “indígena originario campesinos” se enfrentaron en la comunidad de Sienegoma, en Potosí. El saldo fue un muerto y 15 heridos y un odio visceral que clama venganza.
La primera víctima del proceso de consolidación de las “autonomías indígenas” fue Julián Mamani, una autoridad originaria de Tinguipaya. Su muerte, en sí misma significativa, lo es más por la forma en que se produjo. Fue asesinado de la manera más cruel cuando al huir de una emboscada preparada por los seguidores del MAS se alejó del grupo que lo acompañaba. Su cuerpo, destrozado a golpes, fue encontrado días después.
Según la explicación de los agredidos, el origen del problema consiste en que los masistas no quieren que nadie ingrese a las zonas que creen controlar políticamente. Que los que se oponen a las autonomías indígenas sean tan indígenas como los que apoyan la consigna gubernamental, no importa. Se los elimina con la frialdad con que se eliminó a Julián Mamani.
Lo ocurrido en Sienegoma no es una excepción. Muy por el contrario, es el único resultado que se puede esperar de la manera como el MAS se ha propuesto destruir todo el andamiaje institucional para imponer, así sea mediante los métodos aplicados en el caso que comentamos, las autonomías indígenas.
La magnitud del problema y de la carga explosiva que contiene es pavorosa. Es que los conflictos de intereses entre ayllus y municipios en las tierras altas ya tienen larga data y fue por eso que durante los últimos años se dejó pendiente la delimitación de circunscripciones que son objeto de luchas internas. Tales disputas, lejos de atenuarse, como ya se ha comenzado a ver, sólo pueden avivarse cuando lo que se pone en juego es nada menos que "el derecho de los pueblos indígenas al territorio, al autogobierno y a la libre determinación", con todo lo que ello implica en cuanto a poder político y económico.
En las tierras del oriente el asunto se complica aún más pues allá suman decenas las “naciones” que tienen que recorrer tan escabroso camino. En lo inmediato, además del asunto de las autonomías indígenas, tendrán que realizarse reuniones “inter-nacionales” para fijar sus límites y elegir a sus diputados.
Estamos pues ante el destape de una verdadera “caja de Pandora” de la que sólo se pueden esperar que salgan grandes calamidades. Se han desencadenado incontenibles fuerzas disgregadoras de la unidad nacional y no se vislumbra, por lo menos por ahora, algo que pueda revertir el proceso de destrucción.

martes, 18 de agosto de 2009

Más escollos en el proceso electoral


Ante la indiferencia de la oposición, y para beneplácito del oficialismo, se multiplican los escollos en el camino que conduce a las urnas

Hace algo más de un par de semanas, cuando se inició en nuestro país el empadronamiento biométrico de las personas habilitadas para votar en las elecciones previstas para diciembre próximo, una oleada de optimismo se llevó las muchas dudas y temores que hasta entonces se cernían sobre la viabilidad y transparencia del proceso electoral.

La puesta en funcionamiento de los primeros equipos, y los primeros reportes oficiales del Órgano Electoral “Plurinacional”, alimentaron el optimismo a pesar de que desde el principio se detectaron muchas dificultades. Mientras tanto, la oposición se olvidó del tema y el oficialismo puso en marcha la cuenta regresiva del plazo que le dio al OEP para que demuestre con los hechos que sí es posible cumplir el cronograma previsto.

Ya faltan sólo cinco días para que se cumpla el plazo que con un gesto de condescendencia dio el MAS y, desgraciadamente, hay motivos para temer que el próximo 23 se reanudará la ofensiva oficialista para resucitar el viejo padrón.

Las razones en las que se basa ese temor son muchas. Es que a pesar del enorme espíritu cívico con que la ciudadanía se movilizó masivamente para empadronarse, el ritmo al que avanza el registro no es el que se esperaba y a ello se suma un sinfín de dificultades técnicas, entre las que se destaca el alto porcentaje de equipos que dejaron de funcionar sólo dos semanas después de haber sido estrenados.

Pero ese no es el único problema. Hay otros, como la delimitación de las circunscripciones “indígena originario campesinas”, cuya potencial carga explosiva recién se ve cuando se intenta llevar a la práctica muchas de las disposiciones de la nueva Constitución
Es tan enorme el embrollo, y tan limitadas las posibilidades del Órgano Electoral de hacerse cargo de él, que los vocales no tuvieron mejor idea que soslayar el asunto a través de una resolución de sala plena mediante la que se decidió que no se delimitarán las siete circunscripciones especiales. Se determinó la creación de “asientos electorales indígenas” y “asientos electorales mixtos” en toda la extensión de los departamentos donde los pueblos originarios podrán inscribirse para votar por sus candidatos.

El asunto, al que hasta ahora nadie dio la importancia que merece, es de una gravedad aún mayor que el relativo al empadronamiento. Es que además del caos que implica, deja abierta la posibilidad de que en los “asientos electorales indígenas” y en los “asientos electorales mixtos”, se cometa todo tipo de arbitrariedades cuando llegue el momento de elegir a los diputados “indígena originario campesinos”. De hecho, la oposición no tendrá, tal como están las cosas, ni la más remota posibilidad de participar, pues los candidatos serán elegidos en cabildos y asambleas plenamente controlados por el MAS.


lunes, 17 de agosto de 2009

Biocombustibles en debate

Es importante resaltar que aunque en el país no exista ni la atención ni el interés en el desarrollo de los biocombustibles, la fuerza de la tendencia internacional podría llegar tarde o temprano al territorio nacional

La previsible crisis energética con el agotamiento de las reservas del petróleo en el mundo y el fenómeno del calentamiento global han encontrado en los combustibles de origen vegetal, una probable solución futura a ambos problemas.

La propuesta sigue actualmente en el centro del debate político, puesto que sus alcances están aún en proceso de análisis en el campo científico. Entre sus detractores, se argumenta de principio que la producción de biocombustibles afectaría irremediablemente la frágil seguridad alimentaria de las naciones subdesarrolladas, puesto que éstas serían por sus climas tropicales las principales productoras de materia prima como el maíz, la soya, la colza o la caña de azúcar, básicas para la producción del biodiesel y el etanol.

En esta línea, se prevé que la producción agrícola dedicada a la alimentación podría pasar a un segundo plano, ante el peso económico que tendría con seguridad el área energética.
Se argumenta también que al convertirse la producción agrícola en un negocio energético de alcance planetario, la necesidad de más tierras para una demanda gigante de materias vegetales ampliaría la frontera agrícola en desmedro de las selvas tropicales, cuyo aporte en la captura del dióxido de carbono —el gas del calentamiento global—, es determinante y fundamental.

Para algunos especialistas, menos masas boscosas representan en los hechos claudicar en la lucha contra el fenómeno del calentamiento global, cuyas consecuencias directas son las alteraciones climáticas que durante los últimos años han comenzado a provocar catástrofes naturales y poner en riesgo la vida de miles de especies animales y vegetales.

Entre quienes ven con optimismo la llegada de los biocombustibles, se afirma que su producción evitaría una mayor contaminación atmosférica por la emisión de gases, además de representar oportunidades de desarrollo para miles de productores rurales.

Sin duda que el debate continuará hasta que se tengan conclusiones científicas que demuestren el impacto medioambiental, social y económico de los combustibles en el mundo.Entre tanto, el Gobierno Nacional antes de seguir la ruta tradicional de apostar por los combustibles fósiles, debería impulsar a través de instituciones especializadas la adquisición de un conocimiento preciso y real de las consecuencias que tendría para Bolivia, la introducción de un sistema de producción agroindustrial orientado a satisfacer la demanda de biocombustibles.

Sin duda que el tema seguirá generando una serie de debates, pero ante todo es importante resaltar que aunque en el país no exista ni la atención ni el interés en el desarrollo de los biocombustibles, la fuerza de la tendencia internacional podría llegar tarde o temprano al territorio nacional.

domingo, 16 de agosto de 2009

La filosofía política de Evo Morales

“Si tenemos nuestra Constitución, no debería basarse en leyes (…) Ahí nuestros abogados no nos han orientado muy bien”

Si hay algo de lo que jamás se podrá acusar al presidente Evo Morales, es de falta de sinceridad. Por el contrario, a diferencia de lo que suele caracterizar a los líderes políticos en Bolivia y en cualquier parte del mundo, tiene la virtud de expresar lo que “siente” sobre los temas que lo preocupan con una franqueza admirable.

Entre los sentimientos que con más frecuencia expresa hay uno que se destaca. Es el profundo desprecio que le inspiran las leyes y todo lo que se relaciona con ellas. Como se recordará, en más de una oportunidad dijo que las leyes son un estorbo y por eso “le mete nomás” y que para arreglar los estropicios que esa manera de actuar ocasiona están los abogados que lo rodean.

Hasta ahora, Morales parecía muy conforme con los servicios que le presta el batallón de abogados que han puesto sus conocimientos y habilidades al servicio del “proceso de cambio” asesorándolo a cada paso sobre la mejor manera de eludir “el estorbo de la ley”. Pero ahora está muy decepcionado de ellos y así lo hizo saber a través de un discurso, ante una multitud que lo vitoreaba en El Alto. Los acusó públicamente de haber hecho mal su trabajo al elaborar el texto de la nueva Constitución Política del Estado. “Ahí tal vez nuestros abogados no nos han orientado muy bien”, afirmó al expresar su descontento.

Lo que le parece tan mal al primer mandatario, lo que desde su punto de vista es un inadmisible error de los jurisconsultos que lo asesoran, es que la aplicación de la Constitución tenga que estar sujeta a un régimen legal. “En muchos artículos de la nueva Constitución dice ‘este artículo estará sujeto a la aplicación de una nueva ley.’ (…) Si tenemos nuestra Constitución, no debería basarse en leyes”, dijo.

Como se ve, las expectativas que tenía el Presidente sobre las virtudes del nuevo texto constitucional eran otras. Él esperaba un mejor fruto de todo el esfuerzo hecho, de las luchas, las muertes, la sangre derramada para aprobar la nueva Constitución. Lo que esperaba era una Constitución que le permita gobernar libre del estorbo de cualquier ley. Es decir, gobernar como un verdadero autócrata.

Pero Evo Morales no ha perdido la esperanza. En el mismo discurso que comentamos, afirmó estar seguro de que el pueblo, el 6 de diciembre, enmendará, a través de su voto, los desaciertos de sus abogados y los asambleístas que no comprendieron que “la nueva Constitución no debería basarse en leyes”. Confía para eso en que el MAS obtenga dos tercios de la próxima Asamblea Legislativa. Habrá que suponer que, además de ello, tendrá especial cuidado en que los nuevos asambleístas no sean tan legalistas como los que hasta ahora no fueron capaces de entender algo tan sencillo como lo que desea el presidente del “Estado Plurinacional.”.

sábado, 15 de agosto de 2009

Hacia un estado educador

¿Habrá que esperar que en Bolivia pase lo mismo que en Venezuela para que el tema educativo merezca mayor atención?

Que los procesos políticos que se desarrollan en Venezuela y Bolivia avanzan por líneas paralelas, aunque cada uno de ellos signado por sus propias características, como no podía ser de otro modo, es algo que por lo que evidente que es, ya no merece mayor discusión.

Son tantas las similitudes entre ambos procesos, que hay quienes sostienen con mucha razón que no es posible comprender uno de ellos sin tomar en cuenta los elementos de juicio y las experiencias que aporta el otro.

Las similitudes no se encuentran sólo en los actos de ambos gobiernos. También la oposición en ambos países comparte notables semejanzas. Su dispersión, su incapacidad para articular un proyecto político alternativo unificado es una de ellas. La otra, es que en ambos casos se pierden en detalles banales y pierden de vista lo fundamental. Subestiman los proyectos políticos a los que se enfrentan y se regodean con la idea de que no tienen norte y que por consiguiente se desmoronarán por sí solos.

Sin embargo, la tozuda realidad muestra cada día cuán equivocada está esa percepción. Tanto en Venezuela como en Bolivia el “proceso de cambio” avanza a paso firme sin que la oposición halle la forma de detenerlo y mucho menos de contrarrestarlo.

Durante las últimas horas, dos noticias dan nueva cuenta de las similitudes a las que nos referimos. En Venezuela acaba de ser aprobada la Ley Orgánica de Educación (LOE) mediante la que se consagra al Estado como el gran regente, con capacidad formativa, reguladora y punitiva, de la educación del país. Y en Bolivia, el Ministerio de Educación ha anunciado que hasta fin de mes estará listo el nuevo plan de estudios que comenzará a aplicarse el próximo año.

La reforma educativa venezolana, que como en otros temas está más avanzada que la boliviana, crea la figura del "Estado docente" que le otorga plena potestad al Gobierno para controlar todos los procesos del sistema educativo. Además, se da a los "consejos comunales y demás organizaciones", atribuciones que hasta ahora estaban reservadas a los padres y maestros.

En Bolivia, como ocurría en Venezuela hasta el día previo a la aprobación de la ley, es poco lo que se sabe sobre sus reales alcances. El Ministerio de Educación, sin embargo, ha adelantado ya algunas de las características que tendrá la reforma en curso.

Entre las más recientes novedades anunciadas, además de los profundos cambios en el plan de estudios, se indica que los estudiantes estarán obligados a inscribirse en el centro educativo más cercano a su domicilio y se impondrá un nuevo horario. Los estudiantes deberán pasar clases en la mañana y en la tarde.

La ley de reforma educativa venezolana tomó por sorpresa, como ya es habitual, a la oposición de ese país que ahora sólo atina a reaccionar con lamentos tardíos. ¿Habrá que esperar que en Bolivia pase lo mismo para que el tema merezca mayor atención?

viernes, 14 de agosto de 2009

Avasallamiento electoral

Sólo con lamentos se responde a un plan de acción que mediante diversos artilugios se propone lograr un avasallamiento electoral

Como para que a nadie le quede ninguna duda sobre la firmeza con que se propone recurrir a cuanto método esté a su alcance para asegurar un triunfo en las elecciones de diciembre, y sobre el profundo desprecio que le inspira el régimen legal vigente, incluida la Constitución Política del Estado que logró imponer, el Movimiento al Socialismo ha ratificado su decisión de aplicar el “voto comunitario” o “voto consigna”.

De nada sirve que el artículo 197 del Código Electoral vigente establezca claramente que “la persona civil, policial o militar que coaccione, atemorice o violente a trabajadores subalternos de su dependencia o a cualquier otro ciudadano para que se afilien a determinado partido político, agrupación ciudadana, pueblo indígena o alianza, o para que voten por cierta lista o partido político, agrupación ciudadana, pueblo indígena o alianza será sancionada con la privación de libertad de hasta seis meses”.

Exactamente lo mismo puede decirse del traslado masivo de personas a Pando, a donde están siendo llevados miles de los más leales militantes del MAS con el expreso propósito de que su “voto comunitario” le asegure el triunfo en ese Departamento.

Además de ello, hay motivos para sospechar que más solapadamente, pero con el mismo objetivo, se están produciendo migraciones internas de una circunscripción a otra. Muchos de los residentes en las circunscripciones en las que el MAS tiene asegurada una votación masiva estarían inscribiéndose en aquellas en las que la oposición tiene más posibilidades de ganar. Así, no sería extraño que la fórmula oficialista se alce con victorias incluso en zonas consideradas bastiones de la oposición.

Ambos procedimientos –el “voto comunitario” y las artificiosas migraciones internas-- tienen una doble dimensión. Por una parte, la estrictamente legal, y por otra la política. Cualquier acción para contrarrestarlos tendría pues que contemplar ambos aspectos.

En lo que a la legalidad corresponde, no tendría que haber lugar a dudas. Es tan claro lo que manda la ley que en circunstancias normales ya se habrían aplicado los procedimientos previstos para evitar tan desembozadas formas de manipular la voluntad de la ciudadanía. El problema es que en nuestro país estamos lejos de vivir circunstancias normales, pues como lo ha afirmado con toda franqueza en más de una ocasión el Presidente Evo Morales, “lo político está por encima de lo jurídico”. Y como ya se ha demostrado más de una vez, esa es la cruda realidad.

Sólo cabría pues esperar que una eficiente labor de las fuerzas opositoras, a través de una presencia activa y organizada a lo largo y ancho del territorio nacional, ejerza control y supervisión tanto del proceso de empadronamiento como del acto electoral. Pero como tal fuerza de oposición no existe, es probable que sólo con lamentos se responda a un plan de acción que, al paso que vamos, se encamina a la instauración de un régimen de partido único.

jueves, 13 de agosto de 2009

Una asamblea ciudadana en la red

Por primera vez en nuestro país, Internet será escenario de una campaña política. Evitar la dispersión de la oposición es el objetivo

Desoyendo el clamor de amplios sectores de la ciudadanía que angustiosamente esperan la conformación de una fórmula electoral capaz de hacer frente al Movimiento al Socialismo en las próximas elecciones generales, los principales aspirantes a candidatos han anunciado su decisión de ir cada uno por su propio camino. Tal decisión, como es evidente, sólo puede dar lugar a una estrepitosa derrota de todos ellos y, por consiguiente, asegurar a la fórmula oficialista el control total del poder legislativo durante los próximos cinco años.

Ante tan incomprensible acto de suicidio político, diversas agrupaciones ciudadanas han decidido emprender una campaña encaminada a presionar a los principales candidatos opositores, o por lo menos a algunos de ellos, para que se pongan a la altura de la responsabilidad que les han impuesto las circunstancias y depongan sus aspiraciones personales para ponerse al servicio de una cusa superior.

Una de esas iniciativas es la del Colectivo Sí Bolivia, que ha convocado a una “Asamblea Ciudadana en la Red” con el propósito de hacer oír la voz de quienes no están dispuestos a ver pasivamente cómo se dilapida la que es probablemente la última oportunidad de evitar que en Bolivia se imponga un régimen autoritario avalado por las urnas.

“Si no logramos convencer a los candidatos amigos de esta imperiosa necesidad, el MAS concluirá ganando no sólo las elecciones a Presidente, sino las otras, a diputados y senadores, fruto de la dispersión, la falta de acuerdos y la desorganización”, afirman los que convocan a la asamblea virtual.

“Si los líderes de la oposición no logran ponerse de acuerdo, serán los responsables de una derrota descomunal e histórica; las nuevas generaciones podrán juzgarlos y condenarlos como a quienes les impidieron avanzar hacia el Siglo XXI y permitieron un salto hacia atrás, en manos de un Evo Morales de poder absoluto, que nos embarrancará en un proyecto propio de siglos pasados”, agregan.

Aclaran, sin embargo, que la unidad propuesta tiene sus límites. No se trata de mezclar indistintamente a todos quienes se oponen al proyecto político del MAS sino a quienes, además de oponerse, pueden ofrecerle a nuestro país un proyecto de futuro basado en un conjunto de valores y principios firmemente comprometidos con la libertad y la democracia. Quedan pues, implícitamente excluidos ciertos sectores de la oposición cuyos antecedentes los descalifican para ser parte de tal esfuerzo.

La campaña, cuyo primer paso es la Asamblea en la Red, se propone difundir la demanda a través de mecanismos múltiples, como las listas de distribución, las redes sociales, los diarios ciudadanos, la blogósfera y el sistema Twitter, dentro y fuera de Bolivia.

El encuentro ha sido convocado para hoy, jueves 13, entre las 17:30 y las 20:30 en el sitio http://www.asamblea.sibolivia.net/

miércoles, 12 de agosto de 2009

¿Están de más las mujeres del MAS?

Paradójicamente, ha sido una de las más destacadas líderes del MAS la que ha propuesto que las mujeres cedan sus espacios a los varones

Cuando ya sólo quedan tres semanas para que se cumpla el plazo que el cronograma electoral establece para la inscripción de los candidatos a la presidencia, vicepresidencia, diputados y senadores, han comenzado a salir a la luz las dificultades que la elaboración de las listas plantea a las organizaciones políticas que se proponen participar en la lid de diciembre próximo.

Tales dificultades afectan tanto a la fórmula del oficialismo como a las muchas en las que se dispersan los esfuerzos de la oposición. Hay, sin embargo, una enorme diferencia entre lo que ocurre en las filas del MAS, que ya está dando los toques finales a sus listas, y lo que mantiene a la oposición sin poder conjurar las pugnas internas que la tienen dividida.

En la oposición, a las enormes dificultades que plantea la abundancia de candidatos a la presidencia se suma la proliferación de aspirantes a un curul parlamentario. Son tantas y tan desmedidas las ambiciones personales que están en juego, que son sin duda un obstáculo para la unidad aún mayor que las aspiraciones de quienes pretenden encabezar las fórmulas que están en gestación.

En las filas del MAS, por su parte, pese a la enorme ventaja que le lleva a la oposición en éste como en otros aspectos de la carrera electoral, las dificultades no son menores. Una muestra de lo anterior es la pugna que se ha desatado pero no entre fracciones dividas por discrepancias políticas o ideológicas, sino por algo más práctico y concreto: las cuotas de género.

Es que según lo establecido por el artículo 9 de la Ley de Régimen Electoral Transitorio, “Las listas de candidatas y candidatos (…) deberán respetar la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres”. Y eso no gusta nada a los varones del MAS que se niegan a compartir con las mujeres la oportunidad de ser protagonistas, desde la “Asamblea Plurinacional”, del “proceso de cambio”.

Paradójicamente, ha sido una de las más destacadas líderes femeninas del MAS la que ha propuesto que las mujeres cedan voluntariamente sus espacios políticos a candidatos varones “porque se sienten poco preparadas”. “Los espacios (para candidatos) nos tienen que buscar a las mujeres y no las mujeres a esos espacios”, ha dicho, lo que con razón ha desencadenado airadas reacciones de las muchas mujeres que aspiran al cincuenta por ciento de la próxima bancada oficialista.

Como se ve, el MAS está ante una nueva oportunidad para mostrar cuán dispuesto está a llevar sus postulados de las declaraciones líricas a la práctica. Sólo que en este caso, además de la voluntad de sus dirigentes, está de por medio la ley. Y ésta es tan clara al respecto, que será muy difícil que, como en ocasiones anteriores, se recurra a triquiñuelas formales para eludir la obligación de dar a las mujeres tanta participación como a los varones.

Los movimientos feministas que apoyan al MAS tienen ahora la palabra.

martes, 11 de agosto de 2009

Muchos candidatos, ni un líder


Mientras el horizonte visual de los aspirantes candidatos se limite al próximo proceso electoral, será poco lo que de ellos se pueda esperar

Cuando ya falta menos de un mes para que venza el plazo para que se inscriban las fórmulas que lidiarán en las elecciones de diciembre próximo, la impaciencia con que amplios sectores de la ciudadanía esperan el surgimiento de una alternativa al Movimiento al Socialismo se va convirtiendo en angustia y desesperación. Es que mientras el oficialismo avanza a grandes pasos hacia su objetivo de conquistar a través de las urnas el poder absoluto, ninguna de las fracciones en que está dividida la oposición da suficientes señales de vida.

Lejos de ello, con cada día que pasa aumentan los motivos para temer que en Bolivia no están dadas aún las condiciones para que se consolide un proyecto de país alternativo al que ofrece el MAS. Abundan los aspirantes a candidatos pero continúa brillando por su ausencia una fórmula que ofrezca un liderazgo, un ideario y una organización, las tres condiciones imprescindibles para una acción política eficaz.

La inexistencia de un liderazgo que esté a la altura del desafío es la mayor de las debilidades. Ninguno de los aspirantes a candidatos tiene la talla suficiente para ser considerado líder, y eso es muy grave cuando tampoco existen partidos políticos organizados, y mucho menos un conjunto de ideas, una doctrina, que pueda aglutinar a los potenciales electores alrededor de algo más que una figura individual.

La inexistencia de un liderazgo, que contrasta con la abundancia de aspirantes a candidatos, es el reflejo de un fenómeno mucho más profundo que el atribuible a desmedidas ambiciones personales. Es un síntoma más de las dificultades que tiene una parte de la sociedad boliviana, la que no se identifica con el “proceso de cambio”, para comprender, asimilar y afrontar una realidad cuya complejidad supera con mucho las interpretaciones que de ella se suelen hacer.
Como lo muestran sus actos, o la falta de ellos, el horizonte visual de los candidatos de la oposición no abarca más allá del próximo proceso electoral, mientras el oficialismo no exagera cuando sostiene que su plan de acción apunta a los próximos 50 años.

Hace ya más de un siglo y medio Abraham Lincoln reflexionó sobre ese problema. Dijo que mientras lo que le preocupa a un candidato son las próximas elecciones, a un auténtico líder le preocupan las próximas generaciones. Uno tiene la vista fija en el corto plazo y lo rentable para sus aspiraciones personales y las de quienes lo rodean; el otro está mirando a largo plazo, señalando rutas y buscando soluciones a los problemas fundamentales de su país.

Como es fácil constatar, esa diferenciación se ajusta plenamente a lo que ocurre en las filas de la oposición. Los expertos en el “marketing” político han ocupado el lugar de los estadistas, y el cálculo aritmético guía los actos de los aspirantes a candidatos y no la necesidad de abrir un nuevo cauce para el proceso histórico que se desarrolla.

lunes, 10 de agosto de 2009

Un país en transición


Es irresponsable caer en la autocomplacencia y afirmar, entre quienes detentan el poder, que el cambio está hecho y es perfecto. Y es también desafortunado que algunos sectores, sobre todo políticos, no consigan asimilar que los tiempos que corren son otros

La celebración del aniversario patrio en la ciudad de Sucre, además de marcar el retorno, después de dos años, del Presidente de la República a esa Capital, ha tenido varias connotaciones.
Han pasado tres años desde aquella vez cuando Sucre fue el centro de la atención nacional e internacional con la instalación de la Asamblea Constituyente. Por entonces, la capital de Bolivia era sinónimo de esperanza para el país, de un futuro con igualdad y fraternidad entre bolivianos. Hace tres años que se iniciaba en esa ciudad el cambio por el cual había votado una mayoría de la población, cuyo magno instrumento democrático era la Asamblea Constituyente.

El 6 de agosto último asistíamos a la consolidación de dichos cambios, cuya concreción está reflejada en la Constitución Política del Estado en actual vigencia, aprobada mediante un referéndum, aunque la misma, para un importante segmento de la población boliviana, sea sinónimo de imposición y atropello.

No cabe duda de que el proceso de elaboración y aprobación de la nueva CPE ha llevado al país a una profunda polarización social y política, cuando lo deseable era que la misma nazca como fruto del diálogo y el consenso entre bolivianos. Es por esa misma razón que dichos cambios, que constituyen un avance para unos y un retroceso para otros, hayan generado escenarios de confrontación traducidos, muchas veces, en violencia e inclusive en la muerte de bolivianos y bolivianas.

En este proceso, por demás intrincado y complejo, el punto de no retorno ha sido rebasado con la paulatina entrada en vigencia de la nueva Constitución Política, cuya conducción será ratificada o modificada con los resultados de las elecciones generales previstas para diciembre próximo.
Hay, además, otras reflexiones necesarias en torno a lo que se ha dicho y se ha dejado de decir el pasado 6 de agosto en Sucre.

Es innegable que las reformas han modificado la vida política, social e institucional del país en proporciones que aún no conocemos. Sin embargo, otras esferas tan importantes como la economía no parecen cambiar, peor mejorar. Bolivia sigue siendo un país exportador de pobreza, con miles de migrantes que buscan la fuente de trabajo a miles de kilómetros de su hogar; con niños y niñas que deben alternar el juego con el trabajo; con miles de familias que no pueden cubrir sus necesidades básicas y con una gran parte de la juventud sin idea de su porvenir.
Por todas estas razones es irresponsable caer en la autocomplacencia y afirmar, entre quienes detentan el poder, que el cambio está hecho y es perfecto. Y es también desafortunado que algunos sectores, sobre todo políticos, no consigan asimilar que los tiempos que corren son otros, y que son otros también los valores y destrezas requeridas para el éxito político y social, a diferencia del pasado reciente cuando el origen, la tradición y hasta la cuna solían marcar el destino personal.

Teniendo en cuenta los retos que plantea el futuro, y habiendo visto que el último 6 de agosto fue otra oportunidad perdida para el reencuentro y la reconciliación, es posible afirmar que queda una gran tarea pendiente: que las visiones opuestas de país hagan un esfuerzo para encontrar espacios en común que permitan darle estabilidad y certidumbre al país, en vez de seguir confrontándolo y dividiéndolo.

domingo, 9 de agosto de 2009

La “revolución cultural” en marcha

Estamos ante la construcción de uno de los pilares principales de todo régimen totalitario, que consiste en la homogenización de las personas

Hace unos días, como parte de la campaña para “descolonizar” a Bolivia, el gobierno ha anunciado una serie de medidas que se propone aplicar durante los próximos meses para modificar radicalmente todo lo que los ideólogos del régimen consideran que son “símbolos de la dominación colonial”, por otros que representen el nuevo orden social que está en proceso de construcción.

La sustitución de los personajes que actualmente figuran en los billetes y monedas por héroes indígenas, la elaboración de un nuevo calendario de feriados en el que muchas de las fechas que hasta ahora se han celebrado sean sustituidas por otras para recordar el nacimiento o muerte de caudillos indígenas, y el cambio de nombres a calles, avenidas y plazas, son algunas de las se proponen en el plano de lo simbólico.

Además de ellas, hay otras que más allá de su carga ideológica se proponen alcanzar profundos efectos prácticos. Es el caso del proyecto de “depuración administrativa” en el sector público, para lo que se está elaborando un “nuevo perfil del empleado público” que tendrá entre sus principales condiciones el “compromiso con el cambio”.

Según la explicación del Director Nacional de Gestión Pública, los que no encajen en el nuevo modelo de administración del aparato estatal, “obviamente”, no podrán ser parte de él. Sólo podrán ser funcionarios públicos quienes “realmente respondan a esta revolución cultural de las conductas y comportamientos”.

El primer paso hacia esa “revolución cultural” consiste en que se prohibirá el uso de grados académicos. Es decir, nadie podrá anteceder su nombre con términos como Lic. (licenciado) Dr. (doctor), Ing. (Ingeniero) o Mgter. (magíster) y el cargo de un funcionario deberá ser escrito en su membrete en al menos tres idiomas nativos. Ostentar un grado académico será interpretado como un acto discriminador y por lo tanto incompatible con el “nuevo perfil de funcionario público”.

A primera vista, ese conjunto de disposiciones puede parecer sólo efectivo en el plano de lo simbólico, pero poco relevante desde el punto de vista práctico. Sin embargo, resulta evidente que lo que hay tras las inocuas apariencias es algo mucho más serio y profundo. Es el primer paso hacia la construcción de un molde al que deberán ceñirse quienes quieran tener un lugar en el nuevo país. Quienes no se amolden, quienes no adopten las nuevas “conductas y comportamientos”, serán excluidos sin contemplaciones, empezando por la administración pública.

Estamos pues ante la construcción de uno de los pilares principales de todo régimen totalitario, que consiste en la homogenización de las personas para despojarlas de todo rasgo individual. Piezas de un engranaje y no individuos pensantes, y por consiguiente capaces de discrepar, es el ideal hacia el que se pretende avanzar.

sábado, 8 de agosto de 2009

Tres rotundos fracasos

Los tres fracasos a los que nos referimos –gas, litio y hierro— pasan desapercibidos en medio de la trivialidad de las pugnas cotidianas

Mientras los bolivianos –los del oficialismo pero también, y sobre todo los de la oposición— continuamos obnubilados con nuestras cotidianas pugnas internas, en las que lo que único que parece estar en disputa son los despojos a los que está siendo reducido nuestro país, los temas realmente importantes, los que tendrían que preocuparnos de verdad, pasan casi desapercibidos sin que haya quién les preste la atención que merecen.

Entre ellos se destaca la sistemática destrucción de las bases sobre las que se sostiene la economía nacional. El caso de los hidrocarburos es el principal de los ejemplos, pero no el único. Un fracaso igual de grande es el que se cierne sobre otros dos rubros en los que se depositaron desmesuradas expectativas y que también se encaminan a ser dos enormes frustraciones. Se trata de la explotación del litio en el salar de Uyuni y del hierro en el Mutún.

Los tres fracasos a los que nos referimos –gas, litio y hierro— tienen algunas características comunes. El sistemático ocultamiento de información, mediante el que se le niega a la ciudadanía el acceso a datos básicos sobre la manera como están siendo administrados esos recursos, es una de ellas.

A pesar de ello, está cada vez más claro el panorama que se vislumbra en lo que a futuro gasífero del país se refiere, pues las noticias que sobre el tema llegan del exterior son de lo más elocuentes. Se sabe, por ejemplo, que alrededor de Bolivia están ya en plena construcción cinco plantas –dos en Brasil, dos en Chile y una Argentina-- para importar gas que sustituya al boliviano. Trinidad y Tobago, Qatar y… ¡Venezuela!, serán los países que ocupen el lugar de Bolivia como proveedores de tan vital energético. Así, Bolivia tendrá cada vez mayores dificultades para conservar su principal fuente de ingresos.

Es mucho menos lo que se sabe sobre el litio. Pero lo poco que se puede averiguar al respecto es suficiente para temer que, como en el caso del gas, se está esfumando una extraordinaria oportunidad. Es que pese a lo importantes que son las reservas de esa materia prima, ninguna de las empresas interesadas en su explotación está dispuesta a realizar las inversiones necesarias por la falta de condiciones mínimas.

El caso del hierro del Mutún es más desalentador aún. Es que a pesar de la tozudez con que las autoridades gubernamentales se niegan a dar la información básica sobre la marcha del proyecto, abundan los motivos para temer que éste se encamina hacia otro fracaso.

En circunstancias normales, los tres temas a los que nos referimos tendrían que ocupar un lugar destacado entre las preocupaciones de los aspirantes a candidatos. Pero como se ve, ninguno de ellos está a la altura de tan grandes desafíos, por lo que no será el oficialismo quien pague el costo de sus fracasos, sino todo el país.

viernes, 7 de agosto de 2009

Al estilo de Melgarejo

Nadie, ni aquí ni en ninguna parte del planeta, puede considerarse tocado por la divinidad o investido de supremos poderes

La historia de nuestro país tiene tintes muy peculiares. Sin desconocer las páginas gloriosas, que desgraciadamente no son muchas, su contenido cae en el campo de las melgarejadas caracterizado por los disparates, los despropósitos, los ensimismamientos de los mandamases, amén de otros fenómenos tan grandes o mayores que los que se repiten casi a diario en el vasto escenario boliviano.

Aunque nadie ignora a qué se alude cuando se habla de las melgarejadas, nada se pierde con aclarar que se trata de una alusión al tristemente célebre Mariano Melgarejo que, ignorante, cuartelario y a la par brutal, se alzó desde su condición de soldado raso, nacido en un pueblecillo de los fértiles valles cochabambinos, hasta erigirse en primer mandatario de Bolivia con las botas bien puestas. Mariano Melgarejo, expresión de oprobio en nuestro país y ante la faz del mundo, prevalido de la fuerza que acuerda el poder a quienes se le montan abruptamente, ejercitó un culto fanático a su personalidad, de la que hizo dueña y señora durante su malhadado régimen. Porque en sí resumió todas las facultades que conlleva el despotismo, Melgarejo regaló extensas franjas del territorio nacional o las empleó a manera de trueque hasta por un caballo e incluso por una miserable medalla de cuero.

El régimen melgarejista no pasó de ser una francachela que normalmente se desarrolló en las severas y austeras dependencias del Palacio Quemado. Allí se bebía y se comía sin control y se llegaba hasta los extremos del relajo con la moral, Mariano Melgarejo sentó una escuela, una norma de conducta que, al cabo de un siglo, sigue ligada a la calidad del hombre boliviano que, aunque nos duela, tan bajo se cotiza cada vez que traspone las fronteras patrias.

No sería justo afirmar que la historia, después de Melgarejo, no ha sido otra cosa que un calco de la que dejó impresa el brutal personaje don Mariano. Pero tampoco se peca por exageración cuando se sostiene que en sucesivos regímenes, se han dado melgarejadas, no una, no unas cuantas, sino varias, tal vez muchas más que las que se pueden considerar como simples debilidades de los hombres.

Con las honrosas excepciones que sería menester buscar con lupa, cabe remarcar que melgarejadas se dieron ayer nomás, se dan hoy y seguramente se seguirán dando hasta que aparezcan en nuestras playas bolivianos de nuevo cuño. Nadie, ni aquí ni en ninguna parte del planeta, puede considerarse tocado por la divinidad o investido de supremos poderes para hacer y deshacer a su arbitrio de lo que constituye el interés público. Nadie puede presumir de impoluto, de perfecto, de bello, de infalible, de poseedor de la verdad absoluta. Y mucho menos los bolivianos, que viven reformando, transformando, con mañas casi siempre, instituciones y hechos, mas nunca buscaron la forma de cambiar, de transformarse ellos mismos, por el bien de sus semejantes y del país en crónica postración.

jueves, 6 de agosto de 2009

Un 6 de agosto muy especial


Este 6 de agosto nos encuentra pues en el punto álgido de un proceso de transición cuya futura evolución está aún por verse

Hoy, 6 de agosto de 2009, los bolivianos tendríamos que estar conmemorando el 184 aniversario de la fundación de nuestra República, la República de Bolivia. Pero no podemos hacerlo. No podemos conmemorar algo que, por lo menos por ahora y muy a nuestro pesar, está dejando de existir.
Es probable que, a primera vista, parezca una exageración hacer una afirmación tan categórica. Sin embargo y desgraciadamente, hay motivos para sostener que así de honda es la transformación con la que se pretende dar por concluido todo un período de nuestra historia.
Es que la decisión de retirar el término “república” de la caracterización del “Estado Plurinacional de Bolivia” en la Nueva Constitución Política del Estado es algo más, mucho más que un simple cambio de denominación. Es sólo el aspecto formal, el más visible, de un proyecto político que en los hechos, y no sólo en las palabras, se propone destruir hasta no dejar rastros de la institucionalidad republicana que comenzó a construirse un día como hoy de 1825.
Tan audaz proyecto político no está concebido para ser llevado a cabo de un día para el otro. Se trata de un proceso cuyo avance será más o menos rápido dependiendo de las circunstancias en que se desarrolle. Depende tanto de la fuerza de quienes lo impulsan, como de la capacidad de contrarrestarlo que tengan quienes se le oponen.
Los tres años y ocho meses que han transcurrido desde que se inició ya dan algunas pautas que permiten evaluar el estado actual del proceso de destrucción de la República. Un proceso que se desarrolla simultáneamente en dos escenarios: el simbólico o imaginario, y el fáctico. Y enlazando a ambos, el andamiaje legal cuyo principal componente es la nueva Constitución tan irregularmente impuesta por las fuerzas que conducen el “proceso de cambio”.
En el primer escenario, el de lo simbólico, el avance del proceso se refleja de muchas maneras. El desplazamiento de la bandera tricolor por la wiphala, la expulsión de la historia de los héroes cuyas luchas condujeron a la fundación de la República, la sustitución de la nación boliviana por 36 naciones fantasmagóricas, son algunos de sus principales componentes.
En lo fáctico, el principal logro del proyecto ha consistido en el debilitamiento, aunque aún no destrucción, de la independencia de dos de los tres pilares del Estado republicano y la concentración del poder en la figura del Presidente. Se han dado grandes pasos hacia la consolidación de un régimen autárquico y se han sentado las bases para posteriores avances.
Este 6 de agosto nos encuentra pues en el punto álgido de un proceso de transición cuya futura evolución está aún por verse. Qué país tengamos el próximo año, sólo depende de lo que hagan y dejen de hacer las dos fuerzas que están en acción: las que impulsan el proceso de destrucción de la República, por un lado, y las que se le oponen, por el otro.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Evo y las elecciones chilenas

Según la lógica gubernamental, es deber de los bolivianos hacer concesiones al régimen chileno para evitar un triunfo de la oposición

Durante las últimas semanas, desde que se supo que el gobierno del MAS estaba dispuesto a recurrir a todos los medios a su alcance para firmar un acuerdo con Chile mediante el que se dé por zanjado, por lo menos provisionalmente, el litigio por el uso de las aguas del manantial Silala, quedó abierta una pregunta cuya respuesta no parece fácil hallar. ¿Qué se esconde tras tan inusual empeño?
Al buscar una respuesta a tal interrogante, decíamos hace unos días en ese espacio que no es posible hallarla si sólo se recurre “a los elementos de juicio disponibles”. “Sólo cabe suponer que la única explicación posible se encuentra en los documentos secretos suscritos con el gobierno de Michelle Bachellet”, agregábamos.
Pero los términos de tales acuerdos no habían sido, como creíamos, la única explicación para la desembozada pusilanimidad que caracteriza la manera como nuestra cancillería se relaciona con el país vecino. Había habido una razón mucho más simple pero no por eso menos importante. La expuso el presidente Evo Morales durante la presentación del libro del viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales.
Se trata, según Morales, de la obligación que tiene su gobierno, y con él los “movimientos sociales” que lo apoyan, de evitar que la “derecha fascista” gane las elecciones que se realizarán en Chile el 13 de diciembre próximo. Desde su punto de vista, es obligación de los bolivianos identificados con el “proceso de cambio” ayudar al gobierno de Michelle Bachellet para evitar que eso ocurra.
Si ese el razonamiento que guía la política exterior de nuestro país, resulta un poco más fácil comprender la condescendencia gubernamental. Según esa lógica, insistir en el tema marítimo o defender los intereses nacionales en el caso Silala, por ejemplo, sería dar argumentos a la oposición chilena y por consiguiente, hacerse cómplices de ella. Lo que corresponde, pues, es hacer cuanta concesión haga falta para que la coalición oficialista pueda mostrar a sus potenciales electores un triunfo diplomático, aunque sea a costa de la causa boliviana.
Una muestra de tan peculiar manera de razonar ya la dio Morales cuando, tras la goleada que propinó el equipo boliviano a la selección argentina en un partido por las eliminatorias, declaró que hubiera preferido un triunfo argentino para no dar motivos de reclamo por la altura de La Paz. Ahora, con la misma lógica, propone entregar el Silala y archivar la causa marítima para no dar motivos de reclamo a la “derecha pinochetista”.
Es tan insólito tal modo de conducir la política exterior, que podría suponerse que se trata sólo de un exabrupto o un simple malentendido. Pero en éste como en otros casos, lamentablemente, Morales da motivos para no dudar de la seriedad de sus palabras.

martes, 4 de agosto de 2009

El padrón biométrico y la ciudadanía

Lo único que puede contrarrestar los factores que confabulan contra el empadronamiento, es la participación activa de la ciudadanía

En medio de una enorme expectativa ciudadana, temores sobre la posibilidad de que en el camino se presenten más dificultades que las que sería de desear, y de una notable falta de compromiso de los principales protagonistas de la actividad política nacional, el pasado sábado se ha iniciado en todo el país el empadronamiento biométrico.

La expectativa se explica por las muchas esperanzas que se han depositado en que este nuevo sistema devuelva a los procesos electorales que se realicen de ahora en adelante la transparencia imprescindible para que las disputas políticas se resuelvan a través de las urnas sin que la voluntad de la ciudadanía sea distorsionada por prácticas fraudulentas. Hay plena consciencia de que del éxito con que se construya el nuevo padrón depende en gran medida la salud de la democracia, razón más que suficiente para que la marcha del proceso sea seguida con máximo interés.

El temor, por su parte, está motivado en las múltiples adversidades que el Órgano Electoral tendrá que vencer para llevar a buen término la tarea que se le ha encomendado. El poco tiempo disponible, que evidentemente es mucho más escaso del que haría falta, es uno de los principales obstáculos. Un sinfín de dificultades técnicas, algunas de las cuales ya se manifestaron durante los primeros días, hacen también temer por el éxito del nuevo sistema.

La tercera característica de proceso que se ha iniciado, finalmente, es tal vez la más importante. Es que por diferentes motivos, ni el oficialismo ni las diversas fracciones en que está dividida la oposición han dado hasta ahora suficientes muestras de compromiso con el empadronamiento biométrico.

Los motivos del oficialismo para esa manera de actuar son bien conocidos. Es que, más allá de las declaraciones de buenas intenciones, sobre cuya sinceridad hay buenos motivos para dudar, en los hechos todo parece indicar que lo que se desea en filas gubernamentales es que el empadronamiento biométrico fracase.

Los motivos del desinterés de la oposición son muy diferentes, pero no menos criticables. Atomizada como está, sin organización ni liderazgo, no está en condiciones de asumir la obligación que tiene de acompañar y supervisar la labor del Órgano Electoral. El hecho de que ni una sola de las organizaciones políticas legalmente habilitadas para participar en el proceso haya nombrado delegados oficiales, lo dice todo.

Hay también motivos para sospechar que algunos de los aspirantes a candidatos desean, en su fuero interno, que el empadronamiento no concluya en el tiempo previsto.

Felizmente, todos los factores mencionados pueden ser contrarrestados y superados por la voluntad de la ciudadanía. En la medida en que la gente acuda a inscribirse oportuna y ordenadamente, disminuirán los riesgos que se ciernen sobre el naciente padrón biométrico.

lunes, 3 de agosto de 2009

Las autonomías indígenas

La principal facultad que la Constitución concede a las autonomías indígenas es la del autogobierno, permitiéndoles organizarse de acuerdo a sus propias normas, instituciones y procedimientos ancestrales

El día de ayer, en el marco de la celebración de la Reforma Agraria, el presidente de la República promulgó en la localidad de Camiri un Decreto Supremo que autoriza a los municipios del país que quieran adoptar el régimen de las autonomías indígenas puedan convocar a referendos municipales que tendrán el próximo 6 de diciembre de este año, el mismo día en que se llevarán a cabo las elecciones generales.

De esta manera, y en la que podría considerarse como una de las principales medidas gubernamentales para aplicar la Constitución Política del Estado en actual vigencia, la administración de Evo Morales dio un paso decisivo que marcará, a no dudarlo, el rumbo que vaya a seguir el proceso autonómico iniciado en el país hacen ya varios años bajo el liderazgo de los departamentos de la denominada Media Luna (Pando, Beni, Santa Cruz y Tarija).

Es precisamente en respuesta al planteamiento de esas cuatro regiones, que propugnaban un modelo de autonomías departamentales, que el oficialismo creó en el nuevo texto constitucional cuatro niveles de autonomías: la autonomía regional, la autonomía municipal, la autonomía departamental y la autonomía indígena originaria campesina.

El referéndum al que podrán acogerse los municipios en el marco del Decreto Supremo promulgado ayer da lugar a la aplicación del último de esos niveles; es decir, de la autonomía indígena originaria campesina.

De esta manera, se pone en aplicación, también, la nueva organización territorial establecida en el texto de la CPE; en la que, además de los departamentos, provincias y municipios, se crean los territorios indígena originarios campesinos.

Así, los municipios que el 6 de diciembre adopten la condición de Autonomía Indígena, Originaria Campesina, se convertirán en entidades territoriales que, según lo estipulado en la CPE, no estarán subordinadas entre ellas y tendrán igual rango constitucional; es decir que no tendrán dependencia alguna de los niveles de autonomía departamental, municipal o regional.

La principal facultad que la Constitución concede a las autonomías indígenas es la del autogobierno, permitiéndoles organizarse de acuerdo a sus propias normas, instituciones y procedimientos ancestrales.

No está claro, aún, cuántos municipios, de los 327 que existen en Bolivia, irán al referéndum para acogerse al modelo de las autonomías indígena; ni cuántas -si no todas- de las 36 naciones indígenas constitucionalmente reconocidas se declararán autónomas.

Lo cierto es que ayer, con la promulgación del mencionado Decreto, se crea otro hito del largo proceso de inclusión y reconocimiento de los derechos de los indígenas y campesinos iniciado hace más de medio siglo, con la dictación de la Reforma Agraria el 2 de agosto de 1953.
De ahora en adelante, al Gobierno le toca la difícil tarea de dar viabilidad y sostenibilidad a la coexistencia de varios niveles autonómicos, evitando que las competencias y atribuciones de cada uno de ellos puedan constituirse en fuente de futuros conflictos.

domingo, 2 de agosto de 2009

La aritmética y la política


Así como hay sumas que restan, lo más probable es que cierta manera de multiplicar aliados dé como resultado una división de voluntades

Entre 1978 y 1980, cuando durante tres procesos electorales consecutivos las decenas de partidos políticos en que estaba dividida izquierda boliviana trataban de conquistar el poder a través de las urnas, hubo un tema al que se le dio máxima prioridad: la necesidad de unir fuerzas en un “frente único” para asegurar el triunfo y evitar la dispersión. Fue así como nació la Unidad Democrática Popular.

Hubo una sola voz que cuestionó firmemente la idea. Era Marcelo Quiroga Santa Cruz, candidato y jefe del PS-1, para quien la cantidad no era lo más importante sino la calidad. “La política no es como la aritmética –decía— pues hay sumas que restan”. La UDP, en cambio, priorizó la unidad y formó así un frente cuya heterogeneidad le dio buenos réditos electorales pero pésimos resultados políticos. Logró sumar siglas y votos, --éxito cuantitativo-- pero a costa de perder coherencia en sus actos –fracaso cualitativo--.

Resulta oportuno recordar esas lecciones históricas ahora, pues es muy similar la situación de las diversas corrientes en que está dividida la oposición. Hay quienes priorizan la inmediatista lógica aritmética y quienes viendo más allá del día de las elecciones se preocupan por el largo plazo, el que requiere una visión estratégica y no sólo coyuntural.

El pasado inmediato aporta también lecciones que deben ser tomadas en cuenta. La calamitosa experiencia de lo que fue Podemos, por ejemplo, ilustra muy bien el dilema.

Ahora, cuando la oposición afronta el desafío de articular un proyecto alternativo al que ofrece el MAS, se vuelve a plantear la disyuntiva entre la lógica aritmética y la política. Hay unos que pretenden sumar en una misma fórmula a individuos provenientes de las más diversas corrientes ideológicas, en desmedro de un mínimo de coherencia, y otros que, aún a riesgo de sacrificar una unidad tan artificial como artificiosa, proponen priorizar la construcción de una sólida plataforma que no se agote en el próximo acto electoral.

Aparentemente, el primer camino ofrece una ventaja cuantitativa plasmada en una suma de votos. Según esa lógica, al poner en un mismo “costal de gatos” a ex masistas y ex garcíamecistas, por ejemplo, se logrará que se agreguen en las urnas los votos de unos y otros. Pero así como hay sumas que restan, lo más probable es que esa manera de multiplicar aliados dé como resultado una división de voluntades y que a la larga no se obtenga ni cantidad ni calidad. Lo que fue Podemos es un buen ejemplo de lo que eso significa.

Una reconciliación con la racionalidad política, lo que implica distanciarse de la aritmética cuya máxima expresión es el “marketing” electoral, es pues uno de los desafíos que tienen los que aspiran a ser, más que candidatos --que sobran-- líderes del futuro, que es lo que falta.

sábado, 1 de agosto de 2009

Inadimisibles negociaciones secretas


Resulta evidente que la única explicación a la tozudez gubernamental se encuentra en los documentos secretos suscritos con Chile

Con la tranquilidad que le da la inexistencia de una oposición política capaz de salirle al paso, y confiado en la posibilidad de hacer caer en la tentación del dinero fácil a los “indígena originarios campesinos” que habitan en el cantón Quetana de la provincia Sud Lípez del Departamento de Potosí, de modo que avalen sus decisiones, el gobierno del MAS está a punto de zanjar, a espaldas del país, la ya antigua controversia que nuestro país sostiene con Chile con motivo del uso de las aguas del manantial Silala.
De nada han servido las muchísimas voces de protesta que se han alzado para cuestionar la decisión gubernamental. Ni los dirigentes cívicos de Potosí, ni las opiniones de los expertos en diferentes áreas relacionadas con el tema, ni las corrientes de la bancada parlamentaria del MAS, que encabezadas por el senador Gastón Cornejo protestan por la actitud gubernamental, han sido suficientes para que el gobierno dé su brazo a torcer.
Resulta tan sorprendente la tuzudez con que el la Cancillería se empeña en firmar un acuerdo con Chile, que no es posible comprenderla si sólo se recurre a los elementos de juicio disponibles. Sólo cabe suponer que la única explicación posible se encuentra en los documentos secretos suscritos con el gobierno de Michelle Bachellet. Unos acuerdos que el gobierno se niega a hacer públicos y los oculta incluso a los parlamentarios de la bancada oficialista.
Hay pues suficientes motivos para temer que lo que se esconde tras las negociaciones con Chile es algo muchísimo más serio que lo relativo a las aguas del Silala. Se puede afirmar, por consiguiente, que lo que se está ocultando al país es todo un conjunto de acuerdos que bajo el rótulo de “Top Secret” están siendo negociados entre las cancillerías de ambos países.
Por lo poco que sabe del asunto, se trata de una “agenda de 13 puntos”, sólo uno de los cuales es el relativo a las aguas del Silala. En qué consisten los otros 12 es un secreto que el gobierno está dispuesto a mantener a toda costa, lo que de ningún modo puede ni debe ser admitido por lo mucho que está en juego.
La gravedad del asunto es obvia y más obvio aún que se trata de algo que incumbe a todos los bolivianos y no sólo a potosinos y mucho menos, como pretende el gobierno, a los poquísimos habitantes del cantón Quetena.
Es pues urgente que se cierren filas para evitar que el gobierno continúe negociando a espaldas del país asuntos tan importantes. Y ya que no se puede contar con una oposición política capaz de asumir la tarea, tendrán que ser las organizaciones de la sociedad civil, empezando por el Comité Cívico Potosinista (Comcipo) las que evitan que el gobierno se salga con la suya. El primer paso deberá ser exigir que se levante el secreto y que cualquier negociación se realice de cara al país.
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