domingo, 20 de septiembre de 2009

“Halcones” y “palomas” en Santa Cruz

… Al ser Santa Cruz el bastión principal de la oposición, resulta inevitable que ese conflicto de visiones se reproduzca en el escenario político nacional



La semana que concluye ha estado marcada por las pugnas internas entre dos fracciones en que se han dividido las principales instituciones de Santa Cruz. El Comité Cívico, la Cainco con todas las cámaras sectoriales que la integran, y hasta los principales clubes de fútbol han sufrido las consecuencias. Y aunque los principales representantes de las dos fracciones en que está dividida la oposición se han esmerado por eludir el asunto, es bien sabido que tanto el Plan Progreso como Unidad Nacional han sufrido los efectos del sismo.
Para quienes más informados están de los entretelones de la actividad económica, política y social cruceña no fue nada sorprendente que tan intempestivamente hayan salido a luz las fisuras. Es que la historia tiene ya larga data y sus antecedentes se remontan incluso a décadas pasadas. Lo admirable, desde ese punto de vista, es que el conflicto se haya mantenido tanto tiempo latente y sea recién ahora, en vísperas del proceso electoral que se inicia, que se manifieste.
Según una de las explicaciones sobre el origen de esas disputas, la causa estaría en una ya antigua disputa por el control del poder local en que están enfrascadas dos logias, “Caballeros del Oriente” y “Toborochi”. Y aunque todo parece indicar que hay mucho de cierto en eso, más relevante parece ser un conflicto de visiones sobre la mejor manera de afrontar los retos políticos y económicos que plantea a las élites cruceñas el gobierno de Evo Morales y el proyecto político que encabeza.
Más que entre logias, la división estaría dada entre “halcones” y “palomas”, dos términos que se hicieron muy comunes en ambiente político estadounidense y que ahora son empleados para identificar en todo el mundo a dos maneras diferentes de afrontar los conflictos.
Se califica como “halcones” a quienes prefieren la mano dura, la negación de los problemas y la confrontación. Desconfían de la política y la diplomacia y son proclives a recurrir a las acciones de hecho, a las vías de la violencia. Para ellos, los oponentes más que rivales son enemigos.
Las “palomas”, por el contrario, se inclinan por la concertación, la diplomacia y la reforma gradual de las condiciones que les son adversas. Están más dispuestos a negociar haciendo las concesiones que eso implica, y priorizan las vías legales y pacíficas para hacer frente a sus rivales.
Dados los antecedentes del caso, esa y no otra parece ser la verdadera naturaleza de las discrepancias que han puesto a los sectores de la oposición cruceña en dos bandos antagónicos. Y siendo Santa Cruz el bastión principal de la oposición, resulta inevitable que ese conflicto de visiones se reproduzca en el escenario político nacional.
A primera vista, el Plan Progreso sería la opción política de los “halcones” y UN la de las “palomas”. Tendrán que ser los candidatos de ambas fórmulas los que asuman una posición al respecto, para lo que deberán dejar de eludir un tema que por su importancia no debe quedar al margen del debate político actual.

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