martes, 18 de agosto de 2009

Más escollos en el proceso electoral


Ante la indiferencia de la oposición, y para beneplácito del oficialismo, se multiplican los escollos en el camino que conduce a las urnas

Hace algo más de un par de semanas, cuando se inició en nuestro país el empadronamiento biométrico de las personas habilitadas para votar en las elecciones previstas para diciembre próximo, una oleada de optimismo se llevó las muchas dudas y temores que hasta entonces se cernían sobre la viabilidad y transparencia del proceso electoral.

La puesta en funcionamiento de los primeros equipos, y los primeros reportes oficiales del Órgano Electoral “Plurinacional”, alimentaron el optimismo a pesar de que desde el principio se detectaron muchas dificultades. Mientras tanto, la oposición se olvidó del tema y el oficialismo puso en marcha la cuenta regresiva del plazo que le dio al OEP para que demuestre con los hechos que sí es posible cumplir el cronograma previsto.

Ya faltan sólo cinco días para que se cumpla el plazo que con un gesto de condescendencia dio el MAS y, desgraciadamente, hay motivos para temer que el próximo 23 se reanudará la ofensiva oficialista para resucitar el viejo padrón.

Las razones en las que se basa ese temor son muchas. Es que a pesar del enorme espíritu cívico con que la ciudadanía se movilizó masivamente para empadronarse, el ritmo al que avanza el registro no es el que se esperaba y a ello se suma un sinfín de dificultades técnicas, entre las que se destaca el alto porcentaje de equipos que dejaron de funcionar sólo dos semanas después de haber sido estrenados.

Pero ese no es el único problema. Hay otros, como la delimitación de las circunscripciones “indígena originario campesinas”, cuya potencial carga explosiva recién se ve cuando se intenta llevar a la práctica muchas de las disposiciones de la nueva Constitución
Es tan enorme el embrollo, y tan limitadas las posibilidades del Órgano Electoral de hacerse cargo de él, que los vocales no tuvieron mejor idea que soslayar el asunto a través de una resolución de sala plena mediante la que se decidió que no se delimitarán las siete circunscripciones especiales. Se determinó la creación de “asientos electorales indígenas” y “asientos electorales mixtos” en toda la extensión de los departamentos donde los pueblos originarios podrán inscribirse para votar por sus candidatos.

El asunto, al que hasta ahora nadie dio la importancia que merece, es de una gravedad aún mayor que el relativo al empadronamiento. Es que además del caos que implica, deja abierta la posibilidad de que en los “asientos electorales indígenas” y en los “asientos electorales mixtos”, se cometa todo tipo de arbitrariedades cuando llegue el momento de elegir a los diputados “indígena originario campesinos”. De hecho, la oposición no tendrá, tal como están las cosas, ni la más remota posibilidad de participar, pues los candidatos serán elegidos en cabildos y asambleas plenamente controlados por el MAS.


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