lunes, 6 de abril de 2009

Corea de Norte desafía a mundo

El régimen de Pyongyang ha puesto al mundo entero ante uno de lso escenarios más complejos de las últimas décadas

El mundo entero, con la probable excepción de algunos gobernantes que ven en la explosión de una catástrofe bélica a escala planetaria su única vía de salvación, ha visto con espanto la decisión de Corea del Norte de desafiar a la comunidad internacional con el lanzamiento de un cohete de largo alcance, el Taepodong-2.

La magnitud del reto es enorme. Tanto, que el Consejo de Seguridad de la ONU fue convocado a una reunión de máxima urgencia para decidir una respuesta a la provocación del régimen de Pyongyang y los 15 países que lo integran evalúan con máximo rigor cada paso que darán, cada palabra que dirán.

El presidente de Estados Unidos ha sido uno de los primeros en manifestarse al respecto. “Ha llegado el momento de dar una respuesta internacional fuerte”, ha dicho, y hay motivos para suponer que no se refiere a más declaraciones líricas ni a exhortaciones amistosas.

Con Estados Unidos, Japón y Corea del Sur son los más proclives a la adopción de medidas drásticas. Temen que tras la apariencia del lanzamiento de un satélite Corea del Norte haya escondido el lanzamiento de un misil de largo alcance, lo que multiplicaría el potencial destructivo de su arsenal nuclear.

Entre las posibles respuestas al lanzamiento está la imposición de nuevas sanciones. Pero ese recurso ya parece agotado, pues Corea del Norte es ya objeto de sanciones de la ONU, Japón y Estados Unidos. Y adelantándose a esa posibilidad, Pyongyang ha advertido que si la ONU le endurece las medidas de presión en su contra, la decisión será interpretada como un "acto hostil" que pondría fin a las negociaciones sobre su desnuclearización, actualmente atascadas.

En vísperas de la reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU, los principales mandatarios de la Unión Europea han anticipado ya su firme condena a la provocación norcoreana, pero no se ha despejado la duda sobre cuán lejos están dispuestos a ir para respaldar la demanda de EE.UU. Japón y Corea, para que esta vez, dada la magnitud del reto, se vaya más allá de las declaraciones y se adopten severas medidas de hecho.

Mientras tanto, Rusia y China, ambas naciones con derecho a veto en el Consejo de Seguridad ya han optado por la moderación y se teme que llegado el momento de las definiciones, se nieguen a respaldar una respuesta firme, como lo demanda Obama con el apoyo de Tokio y Seúl.

Estamos pues ante un escenario internacional cuya complejidad es una de las mayores de las últimas décadas. De lo que se resuelva durante las próximas horas puede depender la preservación de la paz o el desencadenamiento de un proceso cuyas consecuencias es difícil imaginar. Razón más que suficiente para que la atención del mundo se concentre, durante las próximas horas y días en aquella parte del mundo.

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