sábado, 4 de abril de 2009

El G-2, salvador de la humanidad

No es justo que Evo Morales haya sido excluido del G-2, la alianza que se anuncia como portadora de una nueva era para la humanidad

Abatido por el rotundo fracaso del pilar principal de su política exterior, que apuntaba a la formación de una alianza “anticapitalista y antimperialista” entre los países árabes y los devotos del “Socialismo del Siglo XXI”, el presidente venezolano, Hugo Chávez, abandonó Doha y se fue a Teherán a reunirse con el único aliado incondicional que ha logrado reclutar entre los mandatarios del mundo islámico: Mahmud Ahmadineyad.

Con él, y solo con él, pues nadie más está dispuesto a secundar sus desvaríos, Chávez proclamó “la muerte del capitalismo". Ambos dieron vida a lo que según afirman con gran convicción, será su sepulturero: el “G-2” (Venezuela e Irán), la alianza bilateral que nació para inaugurar “un Nuevo Orden Mundial”.

El instrumento del que se valdrán para dar a luz al nuevo sistema, “en el que reinará la paz, la independencia y la libertad", será el banco binacional que comenzará a funcionar con un capital inicial de nada menos que 1.600 millones de dólares. Según Chávez, el acto de presentación de la entidad bancaria marcó “la hora del fin del imperialismo. Se hunde el imperialismo y sobre sus cenizas surgirá un mundo nuevo". Ahmadineyad, por su parte, proclamó: “Nosotros, el G-2, somos ya responsables de todo el mundo, para hacer un mundo mejor para todos. Lo que estamos haciendo parece solo un banco, pero la verdad es que es un acto de voluntad y justicia para todo el mundo”.

Ambos mandatarios, al poner sobre sus hombros la salvación, no de sus países, sino de “toda la humanidad”, convocaron a que otros líderes se sumen a su iniciativa. Y mientras a la humanidad se le anunciaba en Teherán el advenimiento del instrumento de su salvación, en Bolivia, Evo Morales, asumiendo el rol de profeta anunciador de la llegada del salvador, repetía ante la prensa internacional el llamado a dar al capitalismo el tiro de gracia.

Dado el entusiasmo con que Morales proclama su devoción a la obra salvadora de sus dos principales aliados, no resulta fácil comprender por qué no fue invitado a la constitución del G-2. ¿Por qué no G-3, si el gobierno de Morales da todos los días muestras de la eficiencia con que contribuye al colapso del capitalismo mediante la sistemática destrucción del aparato productivo de Bolivia? ¿Y por qué no G-4 ó G-5, si hay otros gobernantes, como Omar al Bashir de Sudán, o Robert Mugabe de Zimbabwe que comparten la misma causa? ¿Acaso no están ellos también destruyendo con gran éxito las bases económicas de sus respectivos países, como un aporte a la destrucción del capitalismo?

Evo Morales debe exigirle a Chávez una explicación. No es justo, pues méritos no le faltan, que se lo haya excluido del acto constitutivo de la alianza que se anuncia como portadora de una nueva era para la humanidad.

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