miércoles, 20 de mayo de 2009

Hacia el control total del poder

La libertad de prensa es incompatible con un régimen totalitario, por lo que destruirla es una condición necesaria para obtener el poder total



Muchas cosas podrán criticársele al Presidente de nuestra ex república –ahora “Estado Plurinacional”-- pero no su falta de franqueza. Evo Morales desde siempre se caracterizó por decir lo que “siente”, más que lo que piensa, con absoluta claridad, sin ningún tipo de ambages.

Tal forma de actuar le ha dado hasta ahora muy buenos réditos, lo que en gran medida se explica porque la nuestra es una sociedad cuya cultura política es propensa a caer en la tentación totalitaria. Los valores opuestos al autoritarismo no han sido suficientemente cultivados y eso deja un terreno fértil a disposición de quienes aspiran al poder total.

No resulta por ello sorprendente que una y otra vez Morales proclame su deseo de instaurar un régimen totalitario y lo haga sin temor a las críticas. ´Ojalá desde diciembre de este año podamos tener realmente el poder (...) que el poder lo tenga el pueblo significa que tengamos el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial´, ha dicho una vez más, y no hay porqué dudar de la firmeza con que está dispuesto a alcanzar ese objetivo.

Tal aspiración al control del poder total es lo que se llama totalitarismo. Es en función a ese objetivo que el gobierno del MAS ha conducido todos sus actos durante los últimos tres años y no se puede negar que lo ha hecho con tanta paciencia como eficiencia.

Pero no es sólo el control total de los tres poderes el que el actual régimen pretende alcanzar. El monopolio del poder estatal es una condición necesaria pero no suficiente para la instauración de un régimen totalitario, pues hace falta además el control absoluto de otras fuentes de poder, como por ejemplo, los medios de comunicación.

La libertad de prensa, como todas las otras formas de libertad, es incompatible con un régimen totalitario por lo que destruirla es una condición tan importante como el control de los tres poderes del Estado. Y también el Presidente ha sido y es muy transparente cuando de exponer sus “sentimientos” e intenciones al respecto se trata.

En más de una ocasión, Morales ha dicho que “siente” que la prensa es la principal oposición a su proyecto político. Considera que es el principal escollo que debe vencer del “proceso de cambio” y nunca ha ocultado su deseo de despejar el camino.

A eso apunta el juicio instaurado contra el matutino La Prensa de La Paz, el que según el Viceministro Llorenti deberá ser “un buen precedente para el trabajo de los medios de comunicación privados”. Se puede pues temer que después de los muchos triunfos obtenidos por el oficialismo en su camino hacia la instauración de un régimen totalitario, someter a los medios de comunicación es el próximo objetivo.

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