miércoles, 6 de mayo de 2009

Tarea ineludible para la oposición

Está en sus manos la oposición la tarea de consolidar no sólo el proceso electoral en marcha, sino la institucionalidad democrática


Dando continuidad a lo que bien puede ser interpretado como un proceso de revitalización del sistema democrático boliviano, el Órgano Electoral ha elegido a quien lo presidirá durante los próximos meses. El vocal Antonio Costas Sitic, quien fue designado por el Congreso Nacional como fruto de un acuerdo entre las fuerzas del oficialismo y la oposición, con el apoyo de las otras dos vocales, devuelve la transparencia y confiabilidad imprescindibles para que los pasos que a partir de ahora se den hacia las elecciones de diciembre sean dignos de la confianza colectiva.

Al asumir el cargo, el flamante presidente del Órgano Electoral ha ratificado su compromiso de hacer todo lo posible y necesario para que el proceso de empadronamiento biométrico sea llevado a cabo en los plazos previstos. Ha reconocido que será una tarea difícil pero no imposible, siempre y cuando se cuente con las condiciones necesarias.
Entre ellas, ha destacado el tema presupuestario. Ha dicho que los 35 millones de dólares inicialmente calculados no serán suficientes, por lo que hará falta asignar un monto adicional para cubrir el presupuesto que asciende a 43 millones de dólares.

A primera vista, el monto puede parecer excesivamente oneroso. Y es probable que sí lo sea si el empadronamiento biométrico ha de servir sólo para los actos electorales. Sin embargo, se ha propuesto ya, con mucha razón, que el esfuerzo económico que deberá hacerse sea considerado una inversión para sentar las bases de un nuevo sistema de identificación personal que sustituya al vigente que, por obsoleto y corrompido, requiere una urgente renovación.

Para que así sea, urge una decisión que debe ser adoptada de inmediato. Una decisión que no corresponde sólo a Órgano Electoral pues involucra a otras instituciones, como la Policía Nacional, cuyo rol en el sistema de identificación personal deberá ser revisado. Tan importante paso, largamente eludido durante los últimos años, corresponde al Congreso Nacional.

Para ello, como para todo lo relativo al acompañamiento y supervisión del proceso de empadronamiento, es imprescindible que los partidos políticos legalmente vigentes, pero sobre todo los que tienen presencia parlamentaria, asuman un papel activo que hasta ahora brilla por su ausencia. Está en sus manos la responsabilidad de consolidar no sólo el proceso electoral que debe culminar el próximo diciembre, sino, lo que es más importante, la institucionalidad democrática.

Los argumentos de los que a modo de pretexto se valieron hasta ahora los parlamentarios de la oposición para incumplir su obligación ya no existen. Ahora, más que nunca, sus reclamos sólo podrán ser interpretados como simples majaderías.

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