sábado, 2 de mayo de 2009

Nuevos uniformes militares

Son muchas las dudas que ha dejado abiertas el anuncio de cambiar el uniforme de los miembros de las FF.AA. del “Estado Plurinacional”

Sin que quede claro si fue por pura casualidad, o por una relación de causalidad, el uniforme que visten los miembros de las Fuerzas Armadas de Bolivia ha sido tema de sendas declaraciones del Ministro de Defensa.

Por una parte, entre los argumentos inútilmente esgrimidos para paliar lo bochornosas que fueron las acusaciones contra un grupo de jugadores de “airsoft”, dijo que el uniforme camuflado era de uso exclusivo de los militares y, por lo tanto, ilegal que lo usen civiles. Tal argumento no hizo más que acrecentar el papelón.

Casi simultáneamente, anunció que las Fuerzas Armadas dejarán de usar a partir del próximo año sus actuales uniformes, por ser “modelo estadounidense”, y serán remplazados por un diseño “propio y auténtico” que represente a todas las regiones y a todas las culturas que conforman el “Estado Plurinacional”.

"Los uniformes sólo pueden ser utilizados por militares y policías, el uso indiscriminado de camuflados genera confusión. Para evitar en el futuro, que cualquier ciudadano utilice el camuflado universal, a partir del 2010 el Ejército cambiará su uniforme camuflado, porque merece respeto, dijo."

Es sorprendente, por decir lo menos, que el ejército boliviano deba renunciar a un elemento tan elemental y universal de la indumentaria militar como es el camuflaje, sólo porque otras personas también lo usan. Quienes entienden del asunto, consideran que tal razonamiento sólo puede aumentar las ya muchas dudas que pesan sobre la seriedad con que se abordan muchos temas relativos al “proceso de cambio”.

La iniciativa gubernamental, como era de prever, ha dado lugar a especulaciones, muchas de ellas alimentadas por ciertos antecedentes que ya fueron motivo de malestar entre los miembros de las Fuerzas Armadas de la Nación. Uno de ellos es el relativo a lo que alguien calificó como “folklorización” de las otrora solemnes paradas militares, las mismas que desde hace algún tiempo son “enriquecidas” con manifestaciones muy similares a las que son propias de las entradas carnavaleras.

Desfiles marciales engalanados con la exhibición de atuendos típicos de las “naciones indígenas originarias campesinas”, primero, y la idea de adoptar diseños típicos, “propios y auténticos”, ahora, no pueden dejar de dar lugar a algunas preguntas. Por ejemplo: ¿Será que las tropas acantonadas en la amazonia deberán sustituir los cascos “foráneos” por penachos ornamentados con plumas multicolores? ¿Los soldados del altiplano deberán disfrazarse de guerreros incaicos? ¿Se remplazarán las trompetas por pututus? ¿Se prohibirá a los civiles vestirse con prendas con “diseños auténticos”, que pasarán a ser uniforme oficial de los militares? Esas, entre otras, son algunas de las dudas que merecen una explicación.

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