martes, 20 de octubre de 2009

Dudas y certezas sobre el nuevo padrón

…si hay algo que queda claro es que el Padrón Biométrico dará al próximo acto electoral una legitimidad que estará muy por encima de toda duda



Aunque todavía no se conoce la cifra final con la que se cerrará el Padrón Biométrico, pues los datos siguen llegando de provincias alejadas y no ha concluido el proceso de depuración, ha quedado claro que todas las previsiones fueron superadas. Con toda razón, los miembros del Órgano Electoral que hicieron posible la hazaña se sienten tan orgullosos.

Ya se ha dicho que tan notable resultado no habría sido posible sin la extraordinaria muestra de espíritu cívico que una vez más dio el pueblo boliviano. Pero hay que insistir en ello una y otra vez, pues no es un detalle menor. Es, más bien, el más sólido pilar sobre el que a pesar de todo se sostiene el sistema democrático de nuestro país.

Hay que insistir también, aun a riesgo de aparentar un exceso de suspicacia, en que son todavía muchas las dudas que se pueden vislumbrar tras las cifras que arroja el Padrón Biométrico. Despejarlas debe ser el próximo paso que dé el Órgano Electoral para completar su hasta ahora impecable labor.

Un análisis comparativo entre el número de personas habilitadas para votar con el antiguo padrón durante los últimos actos electorales y referendos, y los datos del nuevo padrón da una pauta de lo que nos inquieta. Es que nos encontramos ante dos posibilidades mutuamente excluyentes. O el antiguo padrón no estaba tan contaminado como se creía y como denunciaba la oposición, o el nuevo padrón es tan poco confiable como el que viene a sustituir.

Si la primera hipótesis es la correcta, quienes tanto empeño pusieron al afán de deslegitimar los resultados de las últimas votaciones atribuyéndolos a un supuesto fraude masivo realizado a través de “miles, decenas de miles, y hasta cientos de miles de “fantasmas”, “clones” y muertos que usurparon la “voluntad popular”, tendrán que disculparse.

La segunda posibilidad consistiría en que tales denuncias eran ciertas y, como la cantidad de inscritos no sólo que no disminuyó sino que se incrementó notablemente, sólo cabría suponer que el nuevo padrón está tan lleno de irregularidades como el anterior. Si fuera así, sólo cabría esperar que durante los próximos días se produzca una masiva depuración. Los informes preliminares, sin embargo, descartan esa posibilidad. Las inscripciones dobles hasta ahora detectadas serían tan pocas que su incidencia en el conjunto sería insignificante.

Hay, sin embargo, otros datos que dan cuenta de un fenómeno mucho más relevante desde el punto de vista de la demografía electoral. Se trata del desproporcionado crecimiento del número de potenciales electores en algunas regiones del país, y su disminución, también desproporcionada, en otras.

Al ver los datos, no es difícil sospechar que se están produciendo masivas migraciones de unos departamentos a otros, y de unas provincias a otras, e incluso entre barrios de algunas ciudades, para reforzar la presencia de seguidores de la fórmula oficialista allá donde escasean. Lo que sin ser del todo ilegal, sí denota un afán de manipular la voluntad popular.

De cualquier modo, salvo sorpresas de último momento, si hay algo que queda claro es que el Padrón Biométrico dará al próximo acto electoral una legitimidad que estará muy por encima de toda duda, y a los políticos y asesores intelectuales de la oposición los privará de lo que durante los últimos tiempos fue su principal argumento.

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