Habrá que ver cómo sale el gobierno del entuerto en que se ha metido. Tras él se esconde el punto más débil del “proceso de cambio”
Cuando durante los primeros días del pasado mes de junio en la selva amazónica peruana se desencadenaron cruentos enfrentamientos entre indígenas y fuerzas policiales, el presidente boliviano no pudo disimular su plena identificación con la causa de los “indígena originarios campesinos”. Fue tan franca y abierta su toma de partido, que llegó a poner en muy serio riesgo las relaciones diplomáticas con el más cercano de nuestros vecinos.
En el caso peruano, desde el punto de vista de Evo Morales, la línea que separa el bien del mal era tan nítida que no había ni el más mínimo lugar a dudas. Ahora, poco más de un mes después, no parece tener tan claras las cosas. Es que ante un manifiesto difundido por las principales organizaciones indígenas de nuestro país, en el que en nombre del medio ambiente cuestionan las operaciones petroleras que YPFB promueve en la amazonia boliviana, ha montado en cólera.
Los argumentos esgrimidos por los indígenas bolivianos son idénticos a los que condujeron a sus congéneres peruanos a arremeter contra el gobierno de Alan García. Exigen que se les consulte y se respeten sus decisiones sobre las actividades mineras e hidrocarburíferas en sus comunidades. Y que se detengan los trabajos petroleros que se han iniciado porque “atentan contra el medio ambiente, la salud y la vida de las comunidades”. El guión es exactamente el mismo.Hasta ahí, nada sorprendente. Pero el asunto comienza a adquirir un aspecto digno de atención cuando se constata que los argumentos con los que Evo Morales responde a las exigencias de los indígenas en cuyo nombre gobierna son también exactamente iguales a los empleados por Alan García cuando tuvo que enfrentar similar desafío.
"Algunas ONG usan a algunos dirigentes sindicales o al movimiento indígena para oponerse y se oponen y no nos facilitan las licencias ambientales para que haya más pozos y más petróleo”. “Los están “manipulando” y “confundiendo” con intereses políticos”. “Algunas ONG decían “Amazonía sin petróleo (...) eso quiere decir que no haya gas ni petróleo para los bolivianos. Entonces ¿de qué Bolivia va a vivir si algunas ONG dicen Amazonía sin petróleo?". Esas son algunas de las frases cuyo contenido parece calcado, aunque no la forma, de alguno de los discursos con los que Alan García intentó persuadir a los indígenas peruanos que en nombre de la defensa del medio ambiente fueron llevados a morir y matar.
Habrá que ver cómo sale el gobierno del entuerto en que se ha metido. Los taladros venezolanos están listos en el norte paceño para penetrar en la “Pachamama”, y los “indígena originarios campesinos” en pie de guerra para evitar que esa violación se produzca. Enorme dilema tras el que se esconde el punto más débil del “proceso de cambio”.
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